22 de diciembre de 2013

¿Quién se ha llevado mi keke?

Que sea feliz, digo, aunque siempre la he estado mirando desde lejos y diciéndome fascinando que sería mi intima esposa algún día o mi futura eterna compañera, pero es cuestión de adaptarse a distintas escalas de entendimiento que te ofrece el tiempo, comprendes que: No la mujer a quien miras debe ser tuya, no es así, sino entiendes que las cosas supuestamente anheladas y que irremediablemente se van alejando de ti, es debido a que en cierto modo en el transcurso de tiempo; te vas dando cuenta que no lo mereces, eres poco agraciado y lo creas o no, no es para ti en lo sencillo.

Además de agilizar la situación, creyéndome experto en la pesca del pescador estúpido y vivo que cambia atarraya por nailon, puse en conocimiento de ella, que no es novedad hacerle saber que será mía al final del camino, «ya está escrito en el destino y como dos bolas de billar sobre una cuneta, nos chocaremos y quedaremos estancados en un trecho de felicidad». ¡Es chamullo! ¡Es lo que según me digo yo! y le hago creer, o la hice creer, o en el peor de los casos es lo que solo yo he fabricado para mí, ella solo es tolerante conmigo y dice ‘si’ para darle tenuidad a mi angustia, en si le doy lastima. Yo también.

Y ya se va el año, ¿qué has hecho este año? me pregunto y no quiero responderme porque a la larga mis respuestas son como vasitos de gelatina y ácido muriático, no podría soportarlo. Sentimentalmente he dado muchos pasos atrás, pero no sé en qué momento empecé a dar esos pasos. La he perdido, fue impredecible, yo la guardaba como queso en la ventana y de pronto ya estaba en otra mesa, se fue con un tipo detestable, un ogro sobreviviente, un experimento fecal, lo peor es que la he visto partir de mi ventana y le hice adiós con mis manos, sonriendo y deseándole lo mejor, aunque le irá mal, pero total, no lo mereces, ella tampoco me merece.

A veces la estupidez de pensar y elegir las cosas que deben y no deben ser para ti; te puede costar esto que hago ahora: Escribir maniáticamente como una travesti despechada, ensuciando tus espacios con resentimientos, por cosas adoloridas, depositando esos dolores en una bandeja de secreción, desahogándote sin lágrimas, es como tu honorable menstruación sentimental, lamentándote de cada detalle olvidado. Pero no estoy perdiendo, es cierto del dicho de las dos velitas, si una se te apaga, la otra te espera prendida, vamos a la segura, ¡no hay pierde hermano! De que te quejas.

Ahora la veo menos atractiva, quizá sea el experimento de la amalgamación: Si con niños andas, niño has de volverte, si con viejos andas, es posible que te vuelvas viejo también, todo es psicológico: si con monstruos andas, corres el riesgo de convertirte en monstruo también. Y es solo fantasía, no creo que sea posible, lo cierto es que me quedé pasmado por su nuevo camino. El amor es ciego dijo alguien, yo no lo creo, sin embargo lo estoy viendo pasar. Que sea mi pretexto para pensar que ambos no éramos para tal.

Ahora que ya todo ocurrió, cambian muchas de las cosas especiales, esos detalles originales encontraron la pausa en el trayecto, no quieren continuar, no pueden continuar esos antojillos de querer fabricar algo delicado para conquistarla. No puedo llamarla como antes lo hacía, de esa manera tan especial, no puedo decirle cosas que antes le decía y no me afecta, ha sido mi experiencia convenida distanciarme y dejar de mirar el keke que se carcome por esperar una torta gigante que ha de llegar en cualquier momento, así será, en otras palabras, ya no la quiero, es cierto, pero cuanto la quise (*Neruda). Y si volviera, hay no sé si volviera, creo que empezaría a creer en las historias de fantasías, así como lo son, solo fantasías o en palabras ciertas:

Mentiras que sueñan con ser verdades, entonces prefiero las verdades dolorosas a engañarme con un amor infectado.

5 de diciembre de 2013

Treguas de un amor obsesionado

Hay amores fallidos, amores frustrados, amores despechados y también amores estúpidos como también amores imposibles, este último hace referencia a esas aventuras urgentes que nunca llegan y que por terquedad queremos seguir haciendo fuego, aunque nunca hubo fuego pero te la inventas y sigues juntando leñas en el campo para venerar tu fuego imaginario.

Es a eso a lo que lo llamamos obsesión sentimental, no es solo obsesión por querer satisfacer el beneficio de la duda, sino saciar esa sed indispensable, esa obsesión original por querer amar y dar amor, demasiado amor, amar hasta por los codos y las uñas. Pero también necesitamos que nos amen, que nos den respuesta y si no hubiera respuesta alguna, también nos las ingeniamos para tener respuesta y si aun así no hay respuesta; la inventamos, que importa, estamos tan seguros nosotros los malaventurados del amor, que podemos amar obsesivamente a ese amor estúpido, falaz quizá, pero jamás imposible.

Los que vivimos de la soledad o mejor dicho los que supuestamente solemos vivir de la soledad—porque en realidad no estamos solos, sino estamos rodeados de personas que no deseamos, que no queremos, ni amamos, a ese tormento espeso le llamamos soledad—solemos sufrir y sufrimos obsesivamente también, porque todo es angustia, utópico, risueño y no es poco mantener ese sentimiento dentro del alma, es un gran peso que nos aplasta como aplastaría tu trasero a una mandarina sobre el sofá un madera.

Las noches son nunca terminar y el amanecer es una desgracia por esperar a un nuevo día más que se mete por nuestra ventana y termina con el vacío al anochecer, pero así duela, queremos seguir, y no es porque nos aferramos a la esperanza, sino que también estamos obsesionados con el tiempo. Queremos que los años pasen rápidamente y en convenientes ocasiones no queremos un día más, pero como también vivimos rodeados de personas que nos ofrecen amor, nos distraemos rompiendo a esos corazones, sin querer, irracionalmente, pensando aceptar que el amor que esperabas fue imposible, pero terminamos siendo parte de la cadena sin sentido: Tú me amas, yo amo a ella y ella ama al estúpido que se apareció de repente.

La interrogante siempre está en nuestra mente: ¿Por qué no me amas?, si yo te amo y te amo un carajo, podría cruzar el cielo, escribirte muchos poemas, componerte canciones, regalarte flores robadas de algún jardín, etcétera, y si estuvieras a mi lado juro que serías feliz, ¡te aria feliz! Y así trabaja nuestro cerebro de día y de noche o en las madrugadas en tu despertar sentimental, te das cuenta que no hay nadie a tu costado, con la luz apagada, un mosquito chirreando y el sueño que escapo por debajo de la cama, te sientas, te levantas caminas despeinado y quieres ir a buscarla, es urgente, un ajuste imaginario de cuentas, es lo peor, no le debes nada a ella, ni ella te debe nada, es absurdo la situación, pero como eres ingenioso también te inventas una excusa para buscarla o para rebajarte a pensarla una vez más.

Es amor imposible, un sueño, la utopía cada vez más épica, pero más que a lo que le llamaríamos esperanza; es obsesión amorosa, te sientes solo y para no sentirte solo, para no sentirte un perdedor, llamas a tus contactos en el celular, a todas tus amigas, hasta a las más gordas y todas tienen enamorados o aquellas que venían a consolarte con sus piernas ya se consiguieron a un hombre más maduro que tú y te responden al celular preguntándote por tu nombre “¿Quién habla…?”, como si un día se hubiesen aburrido ti y te echaron de su celular o ¡mejor! jamás te registraron en su agenda, jamás lo harían, porque eres un tipo aburrido que no se da una oportunidad a sí mismo y a los que lo aman y si les das; les rompes el corazón, maldito perro.

Sería bueno que los malaventurados del amor como tú, se quedaran solos por darle la vuelta y más vuelta a la misma página, pero no es así. Te siguen buscando algunas de las chicas escasas, la mayoría no te hacen caso, pero siempre te sales con la tuya, te podrán echar de su agenda, hacer sexo con otros tipos, feos, deformados, lagañosos, pero tú eres un poco más original o excesivamente original, las haces volver y siempre vuelven a darte lo que anhelas momentáneamente, todo para evitar la soledad, es como una tregua, un descanso momentáneo para retomar el vuelo y seguir esperando al gran amor de tu vida, que ni siquiera se acuerda de ti, pero que importa, eres un genio, te la imaginas esperándote, ella pronunciando tu nombre, cierras los ojos y puedes ver sus labios finos que te dicen te amo, lástima que no sea cierto, hasta ese entonces, volviste a esta solo, no importa, eres hombre de un solo corazón—piensas repentinamente—pero eres consciente de que muchas treguas vienen por ti.

Finalmente, son algunas de las travesuras que nacen dentro del alma, son los juegos sentimentales y somos débiles, la indecisión reina en las personas como yo, o quizá como tú, o como en todos, suelo amar de verdad, soy obsesivamente amante de una doncella y ella que anda con regetonero, pero, esto de las treguas recién han entrado en mi mente, como una explicación a mi situación, quisiera y no quisiera, que importa soy ingenioso, los malaventurados del amor inventamos, amores cursis, estúpido, absurdos pero jamás imposible, si no fuera imposible, ¿hay que creer que lo es no?.

Feliz cumpleaños

Hoy es tu cumpleaños querido amigo, pocos o nadie se recuerda, pero lo menos percibido es lo más sincero, tú eres un gran chico, sino pregúntale a Abel, ¿Quién es Abel?, Abel es un viejo amigo que parecía gay, una vez me dijo “…eres un gran chico, sencillo, humilde, bonita sonrisa, guapo, talentoso, inteligente…” y muchas cosas más, lo peor es que me lo creí o eso me hizo creer, hasta ahora lo creo y estoy seguro que soy un buen chico, sencillo, humilde, etcétera, aunque Abel me lo haya dicho porque quería coger conmigo, pero eso no importa, soy ingenioso, me la creo. Sé que me estoy portando bien últimamente.

26 de noviembre de 2013

¿Parejas imaginarias?

Me gustan las mujeres, pero a veces me gustan demasiado, a veces no me gustan o no me gusta nada, ni las mujeres, a veces yo me gusto, pero si fuera maricon en peruano u homosexual en intelectual o que suena más bonito gay en inglés, aria con mi vida lo que se me plazca, como todos lo hacen, así no sean necesariamente homosexual o lesbiana, en plural, todos somos dueños de nuestros cuerpos y si es tuyo, de tu propiedad, pues, puedes incluso suicidarte, en fin un muerto más al cementerio, un ataúd menos, un plato menos, de hecho hay mil hambrientos en el mundo.

Que importa, que importa ser macho, que importa ser amanerado, que importa ser marica, que importa ser lesbiana, que importa ser hipster, nerd o pastrulazo, tú a mí no me importas, sin embargo tú mismo si te importas y como tú si te importas, si tienes el derecho a elegir qué es lo bueno para ti, si elijes cocacola o inca o refresco de un sol o agua con pan e insecticida. Pero no elegiste donde nacer, donde vivir, que padres tener, pero sería una gran decepción saber que eres adoptado, aunque hay miles de casos, unos sufren, otros se siente bien, pero te pregunto: ¿qué pasaría si con el pasar del tiempo mientras vas teniendo uso de razón, te das cuenta que tus padres son gays o dos resentidas lesbianas?

De hecho la homosexualidad ocupa el diez por ciento de población en el mundo, es decir que de cada cien personas, la décima parte es maricon u homosexual o gay, por lo menos hasta el fin del mundo la cantidad de homosexuales podrían alcanzar la cifra de treinta por ciento. Pero la mayoría siempre serán personas comunes y corrientes, varón que tiene fuerza, que le gustan las mujeres y mujeres que les gusta hombres, hombres guapos, agarrados, encajonados y bien despachados. Claro.

Si hoy nacieras en un orfanato, mañana más tarde se aprobaría la ley de techito o hablando intelectual, la ley de unión civil, que no es otra cosa que el frustrado matrimonio gay y pasado más tarde fueras adoptado por una pareja de gays, de hecho tú feliz, eres un bebé, una niña, un niño, no entiendes, además necesitan expulsar huérfanos del orfanato. Te venden o te regalan a una pareja gay y la pareja gay disfruta de ti, porque es un sueño hecho realidad, por fin los maricones tienen hijos y uno de ellos eres tú, seguro pensarías mientras les miras cuando se besan tus padres gay que es algo normal.

Pero cuando pase el tiempo, cuando por fin tengas algo de uso de razón, te darías cuenta que en tu barrio todos tienen un papá y una mamá, y tú tienes dos mamás o dos papás o un papá y otro papá que intenta ser mamá, pero no le sale porque lo masculino se le nota desde la voz, hasta el pedo que suelta es masculino, ¿entonces pensarías ser gay también? o pensarías y sabrías gracias a la escuela, que para reproducirse se necesitan genes masculinos y femeninos y tus padres tienen dos genes masculinos o dos genes femeninos, entonces… ¿de dónde saliste tú?, te preguntas, preguntarías a tu profesor de biología y lo único que te diría, es que tus padres no son tus padres, eres adoptado, ellos son maricas que cumplieron sus sueños, su terquedad de adoptar un bebé y fuiste el elegido, es ahí donde reflexionarías si alguna vez hubieses deseado elegir que padres tener.

La ley de unión civil debería ser una ley regalada, que se casen los gays hasta por religioso, que se casen las lesbianas, las/los transexuales, que los experimentos humanos también se casen, animales con hombres que se casen una y otra vez si quieren, que también haya poligamia en el mundo, que los sacerdotes vayan a los prostíbulos o que también se casen, que también les inviten a salir del closed, que se reproduzcan todos con todos, ¿dónde está el problema?, el gobierno no tendría por

qué prohibirte, porque es tu cuerpo, es tu pelo, tu pierna, tus órganos, eres el dueño, propietario de ello. No creo que el gobierno tenga que controlarte el pene o tenga que controlarte cuantas veces te masturbas al día, es un derecho la vida, ¡ser libres carajo!, ¡carajo somos libres!, ¡grítalo! Pero, porque la obsesión de comprarse un bebé para simular una familia, porque adoptar niños que ni siquiera saben que es lo que les espera mañana, niños o niñas que si pudieran tener uso de razón elegirían si irse con una pareja de esposos heterosexuales con una pareja de homosexuales, pero lastimosamente no es así. Irían contra sus derechos.

Bueno, con la última campaña lazada por la encandilada Beto Ortiz y sus parejas imaginarias de los que mejor a él le hubiese gustado posar para esas fotos con sus dotes de señora histriónica, que lastima que solo tuvo que limitarse a hacer fotos con heterosexuales, que frustración. Para que hacer fotos con gays, si lo único que van a decir los peruanos es: “Maricones de mierda” “¡Maricones no!” “! Sidosos no!” “¡anómalos!” “¡qué asco!”, pero ¡no Beto!, para que con gays, hagamos que los heterosexuales, como el viejo de melcocha o el gastado de PPK hagan de este teatro una campaña pro matrixgay, que Alditus salga porque se asombraran, pero es una campaña, cualquier podría posar en la foto. No, Homosexuales no, porque serían insultados, ¿no?

No es necesario discutirlo, estoy a favor de la unión civil, la ley de techito, todos los anómalos como yo necesitamos también un techito que nos ampare, una ley de servicio civil o directamente dicho, matrimonio gay, ¿que impide? ¿La sociedad clasista?, ¿marginista?, ¿materialista? u homofobista. Que interesa, si yo fuera presidente; hasta les ofrecería que se corten las bananas gratis si les incomoda al caminar, aria cientos de sueños realidad, que hagan con sus vidas hasta lo imposible, quizá genere disminución de cifras de marginación contra la población minúscula de homosexuales, claro, con el tiempo podría volverse normal ser gay, lesbiana o trans, Pero recalco por última vez, no adopten niños, no compren bebés, no impongan esa potestad quizá indeseable. Si mis padres fueran Gays, yo sería orgulloso, pero no todos piensan igual que yo. Quizá adopten hijos homofóbicos, dime que pasaría, Punto aparte.

21 de noviembre de 2013

Señor barriga

Se te hace costumbre caminar con la barriga apretada, a mí se me hizo costumbre alguna vez, andaba como si retuviera el aire de la respiración y con ese ritmo en el abdomen; caminaba como si nada ocurriera. Tenía la barriga más plana que todos los sebosos que me rodean, yo era diferente a los que suelen cargar toda su grasa que rebasa por encima del pantalón, se les llena la barriga en el polo, estirándolo abruptamente y el polo que pide auxilio. No sé si haya sido un error mirar con ese desprecio a la gente que se distrae demasiado y cuando se da cuenta; la panza le ha deformado el cuerpo, pero lo cierto es que es a mí a quien ahora le empieza a rebasar la panza y no estoy distraído, estoy tranquilo, no hay alarma, supongo que es natural.

Digo natural, porque lo natural siempre fue invencible, la naturaleza es la verdadera y original imagen de las cosas que nos rodean, por ejemplo los truenos y los rayos siempre han existido y sobrepasan a los efectos especiales de las películas en cuanto al nivel de asombro que produce en nosotros. Es tan innatural tener trasero o tetas de silicona, como también es tan innatural tomarse un café sin café y es innatural o estúpido comer el chocolate blanco de sublime y es tan innatural tener que hacer ejercidos en un gimnasio para tener un cuerpo duro y de robot. Esos brazos toscos como troncos de manera y ese torso tan animal, creo que ya es de físico culturistas, no hagan muchos ejercicios, todo en exceso es dañino, eso es innatural.

Si es cierto, ahora que sigo escribiendo en mi viejo escritorio; sentado sobre una silla maso menos cómoda, me aprieta la cadera, es la correa. Tengo que aflojarlo un poco porque mucho estar sentado, leer porquerías y consumir información chatarra en el computador me ha engordado literalmente, bueno no engordado, me ha engrasado la parte delantera de mi cuerpo, que es mi panza. Siempre me he alimentado bien, no tengo problemas en ese aspecto, como como rico, a lo peruano, o es ese aspecto alimenticio es lo que me hace crecer esta barriga incontrolable.

Lo peor es que no puedo hacer abdominales, por lo mismo que no tengo abdomen sino grasa, eso está claro. De hecho siempre tenía una pequeña pancita que lo solucionaba reteniendo el aire de mi respiración, pero ahora no responde mi barriga, no quiere desaparecer con mi vieja técnica, es como si no pudieras mover alguno de tus dedos en la mano, no reacciona mi barriga, siento que es como una masa independiente de carne muerta pegada a mí, a mi cuerpo esbelto. Qué ironía.

Pero no me alarma, mis amigas—que son pocas—dicen alguna de ellas: que no creen que sea el cuerpo perfecto lo que ellas buscan, aseguran no querer a un hombre con un cuerpo escultural con grandes musculaturas, sino maso menos—como yo—ni tan esqueleto ni tan embutido como tú. La única vez que he tenido problema con mi cuerpo; es con Samira, una amiga que me invito a ver pornografía en mi propio computador, casi terminamos en-sexandonos, ya nos quitábamos las ropas y me dijo que yo era muy tierno mientras caímos sobre la cama, ‘eres lindo, tienes una piel muy suave’ balbuceaba y así seguimos, hasta que se retuvo, y no pasó nada al final. Deduzco que por mi

piel —supuestamente—tan suave, ella sentía que iba a tener sexo con una mujer, que vergüenza, pero en el peor de los casos no me causa impotencia, al final no tengo gustos por la pornografía, ni el sexo casual, pero si tengo instinto masculino de hecho, era imperdonable no tocarle el cuerpo.

Sé que cuando cumpla treinta o cuarenta o sobrepase esas edades; tendré mucha más barriga, mucha, me resigno a tener que cargar con este peso y en ese entonces tendré que estar en una típica silla de patio con diarios que leer o un escritorio donde escribir para refugiarme, con una cervezas a la mano, como si fuera un tipo abismalmente aburrido, un tipo que se gasta el tiempo hablando de sí mismo, lo peor es que quizá termine solo, muera solo y mis cenizas de incineración tengan que entrar en una vasija con mucha panza como yo, o mejor, terminaré en una lata de café descafeinado donde diga finalmente, ahí está el majestuoso y repudiable señor barriga. No se molesten en guardarme, ahórrense y échenme en el olvido.

Noviembre 2013

12 de noviembre de 2013

Tito el cartero

Se ve a un viejo cartero frente a su escritorio, en su casa, a la media noche, con su lámpara vieja de los años sesentas, se siente a gusto todavía porque en el vecindario todavía se envían cartas, pero las cartas son de las viejas chamuscadas que por suerte aún todavía viven y viven enviándose cartas de un lugar hacia otro. ¡Qué tal anomalía!, enviándose cartas escritas a puño y letra y con una firma al pie de página y ¿En plena actualidad?, cuando ahora se pueden enviar correos electrónicos, mensajes de texto, mensajes directos por whatsapp, o inbox en las redes sociales, pero las ancianas ya no están para eso, solo se limitan a tener que colocar su trasero en el escritorio y enviar sus chismes por escrito para sus amigas o familiares, al menos se distraen escribiendo sus estúpidas cartas y evitan molestar a los hijos y a los nietos que tienen otra vida más modernizada.

Pero carambas soy el narrador de este pequeño pasquín distractor, retomemos. Hablaba del cartero frente a sus escritorio, el viejo se siente decepcionado y a la vez apasionado con lo que hace, orgulloso de ser un vil cartero sobreviviente en estos tiempos y decepcionado porque confiesa lo siguiente: “Hoy lo he vuelto hacer, carajo porque es inevitable, me dejo llevar por la curiosidad que me inunda, soy un asqueroso cartero que abre las cartas antes de que estas lleguen a su destinatario. Entre las reglas de un cartero; esta la que un cartero no se debe abrir las cartas, eso jamás, ¡sobre tu tumba!, es el pecado mortal, pero lo majadero y lo más raro es que siendo un viejo de 68 años, yo, no me arrepiento. Yo, habiendo trabajado casi la mayor parte de mi vida como un fiel cartero, hoy me rebusco las cartas como un perro callejero que desordena el basurero de la esquina de la calle, y ocurre todas las noches en mi escritorio, me siento a leerlas, cada una de ellas y si no entiendo una parte de la carta, las vuelvo a leer”

¿Que podrían esconder las viejas entre sus cartas que deja perturbado al viejo cartero?, que por perdón del tiempo; también él aún sigue viviendo con sus 68 años, y vive como un asqueroso cartero que se fuma todas las cartas de sus usuarias ancianas, se las fuma como un mismo cocainómano fumando un porrito, su porrito son las cartas y se las come todita, lo peor es que las viejas reciben sus cartas sin ninguna sospecha, jamás sospecharían de Tito el Cartero, así le llaman todos, “Tito el cartero”, si, es como te lo imaginas, también tiene lentes como Jaimito el cartero, claro, como no va utilizar lentes, a su edad cualquiera, y claro, para poder ver mejor al momento de violar las cartas, viejo roñoso, y también maldigo a las viejas que también chismosean sus cosas nauseabundas, les debería dar vergüenza. ¡Viejas conchudas!, ¡ah! Perdón, me descontrolo, soy el narrador.

Continuemos… Decepcionado y vanidoso Tito el cartero empieza a recordar: “Tengo ya 68 años, no es poco, carambas como pasan los años, parece que fuera ayer cuando tuve 20” dice mirando sus manos, como quien dice, los cojones mis manos están arrugadas, ya debo morir. “Aún recuerdo: fue la noche del 21 de diciembre del 2003, fue cuando abrí mi primera carta, fue cuando empecé a pudrirme como cartero, ahí rompí mi lealtad, ahí debió terminar mi oficio gastado, oficio en peligro de extinción, ¡no!, ¡ya extinguido!, ya nadie en el mundo es cartero, soy el único cojudo que toma la bicicleta, con una cartera en mi hombro lleno de cartas y el que pedalea por los vecindarios como si fueran los años cincuentas, que vergüenza. No debí continuar, pero ¿cómo no continuar?, si recuerdo ese 21 de diciembre cuando me enteré que mi esposa, mi vieja esposa me era infiel con un ingeniero agroindustrial, gracias a la carta que viole, a no ser por esa carta jamás me hubiese enterado que mi esposa se daba de puta con el tal ingeniero. Si no abría la carta; ahora mi esposa estaría con vida, pero ahora ya no vive, tampoco me engaña, la envenené mientras le preparaba un café y murió como debió morir, como puta”.

Tito el cartero había asesinado su propia esposa lola, la lolita se le solía decir en el vecindario, pero por pasarse de vieja pendeja encontró la muerte en los brazos de su propio marido el “Gran Tito el cartero”. Nadie nunca se enteró que tito el cartero la había envenenado, lo único que se sabe es que dejó una testamento escrito, no por ella, sino por el mismo Tito el cartero, se sabía la letra de su esposa, así que lo planeo todo. Cuando llegó la policía de investigación; encontró a tito llorando encima de su esposa y la carta encima de la mesa bañada con un poco de lágrimas que tito le saco de sus ojos cuando Lolita agonizaba en el piso de su cocina, parte de la carta decía: «Esposo mío, hoy me marcho, hoy me marcho a la fuerza, quise morir junto a ti, viejos juntos, tomados de la mano, pero con esa ilusión en mente hoy me despido, porque no supe defender nuestro matrimonio, la infidelidad solo merece la muerte y muero por ti…», ¡estaba claro!, no había más que decir, la Lolita se había suicidado porque había engañado a su fiel marido, Tito llegó y la encontró tendida en el piso, luego salió a la calle gritando y pidiendo ayuda y fin se acabó la historio, Tito el cartero se salió con la suya.

Ahora dice tito el cartero: “No me arrepiento, a no ser por esa carta, ella estaría viva, y no lo soportaría ver vivir un segundo más y a mi lado, lo liberé, le ayude a morir, de hecho en el testamento me dejo todos sus bienes, que incluye sus ahorros en una caja municipal que suman unos cien mil dólares y unos bienes raíces en San Pedro. ¿A quién más podría dejarle toda su herencia?, ¿a sus hermanas?, ¿a sus tías?, ¿a sus hijos, hijas?, hijos, que hijos, ¡hijos los cojones!, jamás pudimos tener hijos, la puta de mi esposa era infértil, recién me pregunto ¿porque me casé con ella?, si sabía que nunca iba concebir hijos, algo que anhelaba ayer no más cuando tenía mis 25, pero tampoco fue mala ella, la ame mucho, éramos la pareja envidiable, todavía caminábamos de la mano por el vecindario a nuestra edad y todos nos miraban alucinados, asombrados, envidiados, quizá fue esos sentimientos los que me hicieron matarla”.

Yo que soy el narrador de este cuento, de este pasquín distractor, me he quedado pequeño ante las palabras de Tito el Cartero, pero ¡qué tal maña!, yo no asesinaría a mi esposa si me fuera infiel, no tengo los huevos suficientes, ¿o sí?, lo cierto es que Tito desde ese entonces, desde esa noche del 21 de diciembre del 2003, se fuma todas las cartas del vecindario, detrás de esas cartas hay muchos secretos, las viejas que respiran sin pagar; comparten sus chismes: Las peleas entre los vecinos, los ruidos que hacen sus vecinos cuando hacen el amor, lo espeso que son sus hijos, el doctor enfermo que les mete la mano entre sus partes íntimas cuando hacen su chequeo general, las infidelidades y muchas otras cosas de menos importancia, como algunos recuerdos del pasado, ¡tú sabes!, a las viejas y viejos les gusta recordar mucho, porque lo pasado siempre fue lo mejor.

“No sé si debo continuar, me confunde reflexionar, ¡no!, al contrario debo continuar leyendo todas estas cartas, hay demasiada historias entre ellas, lo peor es que es una adicción inevitable, no existe terapia alguna para evitar mi vicio, no hay una dosis que cure mi enfermedad o mi enfermiza manía, ya no sé quién es el culpable de toda esta mi desgracia, todas mis noches son las noches de un triste renegado, un solitario, un escamoteado, un cartero absurdo del siglo 21, pero, ¿porque malgastar mis lágrimas? ¿Porque invertir mis lágrimas en un resentimiento que lo único que me produce es pena o repudio? Seguiré con mi plan, siempre hay un plan, o quizá no. Soy cartero, quiero ser escritor, siempre he querido ser escritor, pero nunca he tenido inspiración, cuando era niño yo quería ser escritor, admiraba a grandes escritores, yo quería ser como ellos algún día, nunca me di oportunidad por falta de inspiración, ¡¡la maldita inspiración!! Con todas estas cartas podré escribir muchas cosas, hay demasiado material entre estas cartas y seré un gran escritor, aunque el tiempo se me está acabando”.

Tito el cartero asesino y frustrado de ilusión, quería ser un escritor, nunca se dio la oportunidad y abrir esa carta la noche de aquel 21 de diciembre del 2003; la matanza a su esposa; verla agonizar; leer todas las cartas de las viejas adulonas de la vida; le habían abierto nuevas puertas, nunca había tenido inspiración, pero ahora tiene inspiración, había decidido escribir sobre esas cartas violadas, de esas cartas fumadas. Pobre hombre, me ha empezado a dar a pena, pero más me da lástima y al parecer al igual que el plan de asesinar a su esposa de la manera más perspicaz e inteligente, también se iba salir con la suya, iba ser un gran escritor a pesar de su gastada edad, nunca tuvo ni pudo tener hijos, pero siendo escritor iba a escribir libros, iba a tener hijos, que es lo mismo.

Dice finalmente Tito: “Todo está listo, no me importa ser el incrédulo o el cartero violador de cartas, este es el prólogo de mi próximo libro, ¿es un buen comienzo no?, tengo 68 años, soy más viejo que tú estimado lector. Gracias por leerme, ¡ah! Una cosa, por cierto soy Tito el cartero y también soy narrador de este cuento, de este pasquín distractor”.

***Fin***

6 de noviembre de 2013

Él es mi pintor

Mi mamá me decía que le cuente sobre el chico con quien salía cuando tenía quince, pero es que los padre ¿Nunca van a entender que a esa edad nadie confía en sus papás? y peor aún si se trata de contarle que has tenido sexo por primera vez, ¿Qué le dirías?: Que ¿acabas de perder tu virginidad? y que te traigan agua bendita o mejor, no, que contraten mariachis para amenizar la fiesta. No es tan sencillo comenzar la vida de adolescente y la vida sexual, eres niña, angelical, tienes cachetes rojos cuando hablas con alguien que te atrae, acabas de bajar por las escaleras de la quinceañera, esos tacos, ese escote, tus senos que se hinchan cada vez más y los hombre que te miran ávidamente, sus ojos terminan en tus bubis o tu trasero, esos que te pretenden a cada momento y te sientes como el queso en la ventana, esos que te molestan y la atracción es impredecible. Soy mujer a mí me gustan los hombres y no significa que sea una ninfómana, solo que soy más tolerante, romántica, comprendo mi estado aunque se le llame inmadurez.

Leandro es mi enamorado, hace más de un año lo conocí en el baño de mujeres del supermercado, creo que se confundió de baño, pero le vi el pene de casualidad cuando meaba en uno de los inodoros, de hecho no es gay, es simpático y varonil, es caballeroso, cuando quiero fruta me trae fruta y cuando lo veo voy hacia él, como una abeja que va hacia una flor y eso basta. Mis padres no lo conocen y he tenido más relaciones sexuales que todos los besos que nos hemos dado con Leandro, es que lo amo, nunca le he negado a entregarme a él cuando me ha dicho para ir a un hospedaje caro o barato por temor a que me deje sola, al fin y al cabo lo amo, estoy convencida que es amor definitivamente. Sé que Leandro tiene problemas con las drogas, se pasa fumando y robándole a la gente, hace locuras apocalípticas, solo anda en las noches, tiene malas amistades, pero conmigo es diferente. Solo una vez me lastimó, pero le comprendo, es un hombre tan pueril, se le pasó la mano, desde entonces suele cambiar, también me ha engañado con una mujer mayor pero no fue su culpa, la mujer esa era experimentada, una seductora, pero eso fue ya en el pasado, se olvida todo cuando está a mi lado, yo soy su debilidad, soy su encantadora mujercilla que suele jugar al amor, él es mi guardián y jugamos ambos a cuidarnos.

No necesito que mis padres sepan que ando con él, él es mí mayor por seis años, de seguro tratarían de alejarme o en el peor de los casos aislarme de todas las formas, ¿Qué sería de mi sin verlo, sin sus besos, sin su ternura inacabable?, no me gusta para nada la idea de contarles a mis papás, que me dirían, que ¿soy una decepción?, ¿una niña que ha tenido más sexo que ellos desde contrajeron matrimonio?, también existe un gran temor en mí, que me aria si un día les digo que estoy embarazada, que de hecho no lo estoy ahora porque me cuido perfectamente y se protegerme, siempre tomo pastillas del día siguiente, Sandro no se protege con preservativo porque no tiene dinero para comprarlo, pero no es problema que nos atañe a los dos, nos amamos demasiado, yo lo comprendo y lo disfrutamos. Es tan único cada instante, es irrepetible los pasajes que se tejieron durante mi tiempo con él, momentos que se tejen ahora y los que han de tejerse para siempre. Por eso no necesito a mis padres, prefiero a él.

A Leandro le gusta pintar y es muy talentoso, sé que será un gran pintor reconocido algún día, se pasa casi todos los días tratando de pintar algo, pero tiene más de cien pinturas sin terminar que están casi difusas y manchadas con óleo. Lo bueno es que siempre estoy a su lado para apoyar su locura y su arte difuso. También sé que no encuentra el mejor camino para poder caminar de la manera más fácil en esta vida, solo es un delincuente más que se busca y gana la vida de la manera más extrovertida y truhan que de lo normal o en feas palabras es una rata, pero es la rata que me hace feliz. Ya no importa agregar algo más a este relato, solo sé que

aunque se pase fumando marihuana como una chimenea todas las noches atrás del supermercado; aunque algunas veces se le pase la mano conmigo y me lastime, sé que lo hace sin pensarlo, le gana los instintos, o aunque que se resbale con alguna mujer mayor, yo lo entenderé, lo amo demasiado, sé que cambiará en algún momento, será el hombre más ideal de lo que es ahora, porque cuando estamos solos; siempre me habla de la vida que tendremos cuando por fin nos casemos, llegará ese momento y seremos felices para siempre, yo su pequeña traviesa y el mi pintor preferido, mi rockstar del lienzo, del óleo y las acuarelas.

21 de octubre de 2013

Al diablo las banderas

Está ocurriendo un hecho desastroso en un campo de batalla, es un mismo infierno, hay miles de soldados, hay humo y polvo de tierra en todo el ambiente, se huele a pólvora y a sangre cuajada, se escuchan disparos, gritos; se ve sangre, cadáveres, heridos; hay ametralladoras, gra-nadas, casquillos de balas cayendo en cámara lenta, hay una tropa de soldados, hay otra tropa de soldados. Es una guerra entre los países A y B, aunque A haya eliminado miles de soldados de B y viceversa, nada parece ser favorable para ambos, esta era una disputa muy reñida, nadie parecía ganar, nadie parecía perder.

Entre ese manglar de cuerpos desechos, casi veinte minutos después, los disparos empezaron a bajar la fiebre de la emboscada, parecía que la tregua empezaba por fin acercarse, sin embargo seguían oyéndose todavía algunas ametralladoras, eran los de Terry del país A y William del país B, sus tropas los habían abandonado, los dos estaban separados por un pequeño morro y una trinchera, todos en absolutos se habían marchado, ambos eran sin duda solados entrenados para matar al enemigo y si daba la oportunidad de verse ambos, ambos iban a dispararse o acribillarse o lanzarse una granada, uno de ellos tenía que perder.

Terry y William se siguen disparando, no se llegan a dar en ningún momento, ya no hay nadie en el campo de batalla, raramente están solos, pero siguen batallando, es un enfrentamiento por honor a sus patrias. Terry lanza una granada hacia William, William se las devuelve antes que explote, esta explota en el aire, William se arrima un poco más al pequeño morro que los separa, alza su ametralladora y dispara contra Terry, es inútil, ambos están bien posicionados, William alista su bayoneta, no tiene de otra, en algún momento tendrán que enfrentarse cara cara, pero siguen disparándose, las municiones parecen nunca acabar, ambos siguen con sus cascos, están sudando y están despavoridos y desesperados, no se pueden ir, no pueden abandonar el campo de batalla, aunque estúpidamente estén solos, pero son soldados, tienen mente de soldado, su psicología es matar.

Ya han pasado dieciocho minutos, no se pueden hablar, aunque ya no hay disparos, no hay más chasquidos letales de ametralladoras, Terry piensa que su contendor ya se ha marchado, William también quiere pensar que su contrincante se ha marchado, el silencio sería una buena señal para que ambos dejen de dispararse, que queden silenciados, que se comprendieran instintiva-mente y se fueran cada quien por doquier, ahí se acabaría la situación, es lo que ambos están pensando en el peor de los casos, pero algo inesperado ocurre, William de lo que estaba echado al otro lado del morro, se ha puesto de pie, con su alma de guerrero, con el arma bien cargada y ha decidido caminar sigilosamente, con el dedo en gatillo para cualquier movimiento listo a disparar, se acerca hacia la posición de Terry, no quiere temblar, mientras Terry aunque no pa-rezca también está atento a cualquier movimiento extraño, pero sigue echado bajo la trinchera, de pronto la desesperación lo descontrola y decide salir, se pone de pie desafiante y en un ins-tante mutuamente se disparan, William le dispara en el brazo, al mismo tiempo Terry le disparó en la pierna izquierda, los dos caen como botellas de Coca-Cola, gritan, de todas las formas gritan porque les duele, y ambos han vuelto a estar en la misma situación, aunque ahora heridos pero separados por un pequeño morro y una trinchera.

Terry piensa con su mano bañada de sangre tapándose la herida de bala, porque no me disparó a morir, porque no lo disparé en pecho o en la cabeza, estúpidamente ambos están pensando los mismo.

— ¿sabes? ¡Acabemos con esto de una vez por todas soldado!—grita William—haciéndose un torniquete para no desangrar.


— ¡Porque no me disparaste en el pecho!—pregunta Terry después de un largo silencio. Ambos no confiaban en nada del otro, eran de diferentes países, estaba en guerra. Alguien tenía que morir, lo sabían desde el inicio.

— ¡Porque escogiste mi pierna izquierda! —Grita William—al otro lado del pequeño morro que los separa.

— ¡Acabemos con esto! — dice Terry.

— ¡Que piensa hacer!

— ¿Te enseñaron a pelear sin armas?

— ¡¡te volare los sesos maldito idiota!!

— ¡mi nombre es Terry, no soy idiota! ¡Idiota!

— ¡no me interesa tu nombre, estoy herido de pierna, no puedo ponerme de pie!—

— ¡Entonces debo decirte hombre herido que yo también tengo tu bala en mi hombro! y ya deja de llorar.

—Mi nombre es William.

—Ya no me interesa tu nombre, hace un rato me interesaba.

—porque te abandonaron tus compañeros de tropa—Dice William—mientras prende un ciga-rrillo, ya casi tranquilo.

— ¿Acaso tú no estás solo? —Responde Terry—. Mientras William con el cigarrillo y Terry con su goma de mascar, ya habían fallado en el instante, ya habían tenido la oportunidad dar por culminado tal citación y no lo hicieron, sabían que estaban traicionando a sus patrias. Ambos están charlando.

Aunque empezaron una charla precoz, ambos no se tienen confianza, era de esperar, nadie con-fía en el enemigo, ambos están siendo duros, el espíritu de soldado no los abandona, por lealtad, uno dice querer pelear, el otro dice querer disparar, pero en el fondo nadie quiere morir ni salir más lastimado de lo que están.

Después de casi cuarenta y cinco minutos, después de estar batallando, ambos empiezan a pla-ticar de ellos, como si ambos quisieran conocerse, hasta han empezado a reírse, Terry le dijo a William que tiene una hija de trece años, estudia en una buen colegio y William le dijo que es soltero pero su madre la espera en casa, Se han vuelto personas sentimentales, confidentes fugaces con uniformes diferentes, se habían olvidado del porque estaban en ahí, en el campo de batalla disparándose a morir, para hablar de ellos sin mirarse a la cara, separados por pe-queño morro y una trinchera, la es plática amena.

—… y jugábamos bingo los días domingos—recalca William—le estaba contando que antes que muera su hermano con síndrome de Down, toda su familia juga bingo los días domingos, su hermano era la única razón de unión.

— ¿Te gusta el futbol? —Pregunta Terry— sigue mascando su chicle.

—mirar si, jugar no.

—bueno.

—Sabes, ya me dio hambre, que tal sin nos vamos cada quien por su lado, no habrá problemas—Propone William—

—Porque confías en que no te volare la cabeza—

—porque sé que no lo aras.

—Es cierto— responde Terry. Todo estaba a punto de terminar, de la mejor manera, son huma-nos, tienen vida, tienen familia, tienen sueños.

Aunque paso diez minutos más después de la propuesta para poder verse los rostros—porque desconfiaba mucho uno del otro—por fin llegaron a un acuerdo, sin duda no pelearon más, ni se acribillaron, solo se iba a marchar cada quien por doquier, pero conversaron más, se hicieron amigos improvisos, se sentaron bajo un árbol seco, entre los miles de cuerpos muertos, campo ensangrentado, platicaron, bebieron juntos, rieron, nadie sabía que hacer después, no querían saberlo, en algún momento tenían que decirse adiós. Ya habían hecho mucho con conversar, con hacerse amigos, lo inútil seria que se vayan juntos, pero a donde, estaban en un campo de batalla, muy lejos de sus lugares.

Cuando por fin se acabaron sus pláticas, alguien tenía que decir adiós, hasta aquí llego esto, nadie lo sabrá y lo dijo Terry.

—Creo que es hora de despedirse—

—Tienes razón, donde iras—pregunta William, con la mirada perdida.

—Supongo que a comer gusanos y a sobrevivir, hasta dar con mi batallón—responde Terry. Am-bos iban a hacer eso, era lo que tenían que hacer, irse del lugar olvidar todo y a buscar sus tropas, a sobrevivir. Pero no, Terry le ofreció para que se marcharan juntos hasta un próximo lugar, un pueblo cercano a unas cinco millas, a William le gustó la idea, no dudaron, será imposible man-tener la amistad en esos tiempos, pero se fueron hasta el lugar, comieron juntos y se despidie-ron, prometieron verse después de la guerra, ojala fuera una realidad aquel encuentro.

—Debí matarte—dice William sarcásticamente—

—Yo debí envenenarte en la bebida—agrega Terry. Se dan apretón de manos, se abrazan y se marcha cada quien por doquier, ‘Al diablo con las banderas’, piensan ambos.

13 de octubre de 2013

Historias de bar

Esta madrugada una vez más salí corriendo del asqueroso y maloliente bar de donde siempre salgo todos los domingos, con mi chaqueta negra, sucia, vieja y mi cabello crecido y algo maltratado, que importa, caminaba por la calle fría, fumaba un cigarrillo barato, no tengo mucho dinero, no es que no tenga, andaba en eso estos días.

Mi hermana es estilista, tiene dos salones pero yo no existo para ella, la última vez que existí y me abrió las puertas de su vida y se perdieron sus plan-chas y secadoras de su departamento, de hecho necesitaba dinero, siempre lo necesito, todos lo necesitan, no es para tanto hermanita, no es para tanto, perdón.

Lo que sé es que me siento orgulloso de ella, y también orgulloso de que ella no sienta ni orgullo ni lastima ni nada por mí, vive feliz, tiene un depar-tamento de lujo, un auto, un marido, dos hijas y son motivos suficientes para vivir y puede morirse tranquila, no la tengo envidia. Yo vivo con Julián, un viejo gringo que se vino de Norteamérica, porque su esposa lo de-mando por asesinar a su suegra, que importa que haya matado a esa vieja de mierda, seguro que era como la mayoría de las suegras del mundo, jodevidas, esas suegras petulantes, pero, yo no tengo suegra.

En realidad yo no tengo nada, mis padres murieron hace quince años, yo tengo veintiocho y mi hermana treinta y ocho, lo único que tengo es al gringo y un par de amigos en el bar que son Robin y Roco, lo único que hacen estos tipos es beber, beber, sexo, regué y rock, a veces los odio porque siento que por sus culpas sigo aquí sin ser nada carajo, por sus culpas soy un vagabundo desamparado más, pero a veces nos reímos y me pregunto ¿Qué más quiero?, tengo amigos descarriados, borrachos, fracasados y sinceros, además tengo donde dormir, tengo comida y mujeres. Soy feliz.

Al gringo Julián lo conocí hace mucho tiempo, cuando mis viejos murieron en el accidente de un tren que iba al Machu Picchu, era como las ocho de la mañana, la lluvia no había parado desde un día antes, por eso se derrumbó un trozo de cerro y descarriló el tren, en ahí estaban mis padres, el gringo estaba en el mismo tren y sobrevivió para contármelo, me dijo que no tenía que ser identificado, porque pudo haber sido deportado, luego encarcelado para siempre en su país, así es que cogió una mochila cualquiera y fugó con el rostro en-sangrentado y la pierna fracturada. Días después el gringo se enteró por las noticias que la mochila era de mi papá, ahí había ropas, un álbum de fotos, algo de dinero y muchas cosas más, es por eso que vino a buscarme, no tenía donde ir, aquí unos amigos le ayudaron, borró su nombre, se puso Julián y volvió a empezar su vida.

Si trabajar se llama ayudar al gringo en su asqueroso y maloliente bar, pues entonces tra-bajo con el gringo en su asqueroso y maloliente bar, pero termino ebrio todos los sábados, el gringo también y Robin y Roco ni que hablar, lo bueno es que el gringo es inteligente, tiene a varios trabajando para él, no tiene pierde en su negocio y le va bien, de hecho me mantiene por eso le debo bastante, siempre dice que ya no es tiempo de andar con la moda de los ochentas, con pulseras, collares, ropa negra, cabello largo, rock and roll y la puta-madre, sino, es el tiempo donde vale más el poder, ganar dinero y pasear por el mundo en aventuras, nos gusta la idea, nos tiene con eso desde siempre, que nos largaremos del Perú, iremos a conocer nuevos lugares, hacer una familia por ahí y morir en algún lugar después de haber recorrido el mundo. Gringo de mierda como te quiero.

Siempre uña y mugre Robin y Roco, o mejor dicho son la misma uña o mucho mejor y bien dicho son la misma mugre, siempre andan juntos, trabajan en el recolector de basura de la ciudad, se sienten orgullosos de su trabajo porque tienen sueldo mensual, orgullosos con su recibo por honorarios y la tarjeta de crédito que engorda cada treinta días. Los conocí una vez mientras descargaban desperdicios en el botadero, yo estaba dormido entre el nauseabundo basural, unos tipos me habían dado una paliza aquella vez por la culpa de una mujer, después de golpearme y desmayarme me llevaron en su auto hasta ese lugar y me abandonaron. Robin y Roco me recogieron como a una etiqueta mojada de cerveza y me llevaron a su casa, por eso Robin, Roco y yo somos amigos de basura.

Hoy por la tarde desperté con los estragos de la borrachera, con mis cachetes quemantes, ojos hinchados, mal aliento, ya sano y con una hambre de cerdo asesino, de seguro como todos los domingos el gringo iba a esperarme en el bar, para desinfectar y limpiar los es-combros, restos de la noche, Así fue, pero cuando llegué, el gringo estaba parado en el medio del bar, callado, con la mirada perdida, todo estaba vacío, sin mesas, sin espejos, sin focos, sin barra, sin tragos, sin nada en absoluto… Se me quitó la resaca y se abrieron mis ojos como las de un gato cuando le aprietan el cuello, ¡carajo! robaron el bar, ¡jodieron al gringo!, ahora sí que no soy nadie-pensé- y el gringo parecía estar asustado, yo también lo estaba, nos miramos y quedamos callados.

-Todo acabó aquí-dijo el gringo-, pero ¡qué pasó! pregunté de inmediato, -tudo acabó, no hay bar, nu tragos, nu hay nada, -agregó- con su acento de gringo hablando castellano. Pero.. ¡Podemos averiguar quién fue el quien hizo todo esto!, ¡podemos recupéralo!, ¡yo sé cómo!, -le animé- nu hay nada que hacer, tudo terminó aquí, nu podemos recuperar La Lancha—así se llamaba el bar—yo mismo lo vendí. El gringo había vendido el bar, ¡porque vendiste el bar si vivíamos de eso!-le reclamé-¿Simpre pensabas vivir así?, me pregunto el gringo-por eso es que peruanos estamos jodidos—siempre se sentía peruano—¿Nunca pensaste salir di aquí?, cumo dije simpre, tinemos que escapar de aquí. El gringo tenía razón, yo era conformista. -Ya hable con Robin y Roco, nos iremos viaje mañana a Europa,

¿vendrás con nosotros? Carajo, todos habían pensado en su futuro, todos querían en ver-dad largarse de aquí, yo no hice nada, me quede callado casi un minuto, sentía que era el hombre más estúpido del mundo. ¡No tengo dinero! no tengo nada-le dije- después de mi largo silencio y justo aparecieron Robin y Roco, con cervezas en la mano, ¡¡Listos para el largo viaje muchachos!! exclamó animoso Roco, ¿Lo tenían planeado no?, Les reclame moviendo la cabeza en vertical. -Cómo, Julián… ¿no le dijiste nada? -preguntó Robin al gringo- In eso estaba, hasta que llegaron. ¡Vamos anímate viejo! me decían Robin y Roco, mis amigos de siempre, mis amigos de basura, diciéndome ¡vamos anímate! Carajo era lo peor, sabiendo que no tengo ni un puto sol. -Ya te dije gringo, no tengo plata ni para un micro, anden no más, les deseo lo mejor-recalqué- me di media vuelta y me dirigí hacia puerta, quería salir ya de ese lugar e irme a la mierda o la ¡conchasumare!, y un paso de la puerta… -¿en serio nu vas con nosotros?, oí la voz del gringo, no lo soportaba, ¿acaso querían burlarse de mí?, ¡Carajo ya les dije!, ¡no tengo plata!, y si quieren prestarme dinero por lastima igual, no acepto, nadie me debe ni debo a nadie… ¡Abel…—por cierto me llamo Abel— no debes a nadie, pero somos amigos y yo soy quien te debo, trabajaste para mi durante años, nunca mi cobraste, ¡¡¡tengo tu dinero!!!… -exaltó el gringo-, como todo un libertador. ¡Carajo! este gringo me había dado una lección, en ese momento yo volví a nacer, se me hincho el corazón de regocijo, ¡todos gritamos de alegría!, se destaparon las cervezas y celebramos en el bar vacío por última vez esta tarde, esta tarde; antes de tomar este avión donde en estos momentos estoy sentado junto a mis amigos rumbo a Italia. Gratzi…

5 de octubre de 2013

Ese perro egoísta

Me miro en el espejo y veo mis ojos, son marrones oscuros, me observo detenidamente como si mi reflejo fuese un tipo extraño, alguien que también me mira y nos miramos ambos fijamente, me separo de él, lo dejo independiente, somos dos personas diferentes, ajenas, yo pienso: quien en este pobre hombre, tan desbaratado, aporreado, abandonado, mira sus orejas, mira sus cachetes, mira su pelo, su cabeza, mira sus pensamientos, que cejas tan baratas, tan acaparados de soledad, mira su mirada, que feos labios, que feo su boca e imperdonable su nariz, respira lento, como si le cobraran impuestos por hacerlo y le falta dinero, no querrá ser un evasor de impuestos algún día, ese día seria cuando muera y en su funeral tendrá tanta deuda que el olvido será su gratificación por haber vivido.

He tomado dos tazas de café, no quiero dormir, no tengo sueño, saldré a caminar cuando termine de escribir esta cursilería. La noche es tan fría como una nevera a vapor, el abrigo parece escamas de bajo precio, a esta hora todos tan atentos con sus programas favoritos de tv, las casas cerradas, las ventanas con luz encendida, la noche empieza desafiante, siempre he dicho que la noche es para quienes se lo merecen, el día es para los que necesitan la luz de todos, la noche es para quienes andan con su propia luz e iluminan su camino improviso.

Vivo en una habitación en arriendo, la pagan mis padres, pobre de mí, la pagan mis padres. Tengo una cama barata, un colchón duro como una pepa gigante de durazno, hoy me he echado toda la tarde en mi inmensa pepa de durazno, pensaba y me preguntaba si esto se llamaba vida, no sé, acostarse con una guitarra, tocaba algunas melodías y me quede dormido en una siesta profunda, repentina. Despierto y el computador siempre está ahí, el televisor también está ahí, el ropero, los cuadernos de garabatos y los libros, todos tienen su lugar y su función, yo soy un ser humano y estoy aquí, ¿Cuál es mi función?—se lo pregunte a alguien y me mando a dormir, que importa—¿mi función es caminar a la universidad?, ¿Escuchar horas de clases, reír con los amigos escasos, caminar callado, caminar despeinado, leer un libro a solas sin compartirlo como si estos estuviesen hecho solo para mí, escribir como un perro egoísta, almorzar e ir a cagar al baño, dormir y despertar, trabajar por necesidad, contentarse con lo que podemos alcanzar hipotéticamente?.

Cuando tuve trece años trabaje ilegalmente y no tuve un sueldo, a esa edad se les llama propinas, trabaje porque me parecía divertido recibir propinas a cambio de hacer algo, todos decían, buen chico, que será cuando sea grande, que niño tan avispado, pero, lo cierto es que a esa edad todos somos niños avispados. Mis padres nunca me obligaron a trabajar, hasta ahora que estoy cerca a los veintiuno, mis padres no me andan hincando con esa espina del trabajo por la espalda y no significa que no trabaje, lo cierto es que siempre trabajo cuando me nazca hacerlo, trabajo por voluntad propia, me siento más liberal y tenue, si me obligaran hacerlo presiento que mi vida sería aún más fastidiosa y empalagosa de lo que es ahora, lo cierto es que por ahora no trabajo, no lo necesito, tengo lo básico a mi alcance, no tengo lujos, tampoco lo necesito, duermo hasta el mediodía, escribo, me alimento y defeco saludablemente, es tan sencillo, tal vez haga cosas nuevas en el lapso de mi vida, de hecho no me sorprenderá y me seguiré preguntando si a esto se le llama vida realmente.

El espejo siempre estuvo apto y dispuesto a reflejar mis ideas personales, a decirme y a escuchar mis fanfarrias de filosofías baratas, su función es darme a mí para mí, hacerme ver mi propio rostro, mi propio cuerpo y mi personalidad, el espejo hace el trabajo de las personas que siempre te miran. Los vasos impensados de café que terminaron en mi mesa luego en mi organismo hacen que sea mía la noche y son motivo para caminar y a pensar en algo más que mirarme y despreciarme. Sé que debo trabajar, ¿seguiré pensando que todo debe darse de acuerdo a mi voluntad?, quiero ser ese joven avispado e inteligente, debo compartir mis libros, debo dejar de escribir demasiado sobre mí, no debo ser un perro egoísta, debo de dejar de

preguntarme si acaso todavía es temprano o es tarde para vivir, la duda me escamotea y no lo puedo evitar—¿eso es vivir?—o es que realmente soy un evasor de impuestos y en mi funeral me cobraran por vivir y me gratificarán con el olvido.

30 de septiembre de 2013

Adiós septiembre

Adiós setiembre y se cierra el candado que guarda mis preguntas y mi angustia, se enciende un olor y todo desvanece como si fuese una fragancia repentina. Todo es tan raro, todo tan necio, necio como la dudas chirriantes sin responderse, como si la vida fuese una terquedad y la muerte un suspiro ¿Y el amor?

El Amor es un epitafio como pretexto para justificar a la soledad enigmática, ¡hay soledad! La soledad golpea las cortinas y ellas flamean como rindiéndose, como si fuese la última morada de un corazón jadeante, desesperación constante; constante como la llama que extiende sus alas en mi habitación a las 3:31 am.

Adiós setiembre. ¿Qué riña balbucea bajo mi garganta?, que es eso a lo que se llama nudo, nudo que aprieta mi rabia, que ruje su alma y brinca por encima de mis labios turbios,¿Acaso es mi pregunta?, ¿mi respuesta?, o quiero defecar bajo mi almohada mientras sueño.
Es cierto, que cobardía la mía, pero somos cobardes todos, no es delito, es justificación.

Los días viajan en carriles infinitos de tren, no vuelven es cierto, por eso voy tras ellas, como si se llevasen mi vida, y cada vez se alejan más, no perdonan y yo tampoco los perdono. es una pugna silenciosa donde el tiempo y yo lidiamos por las noches, noches como esta, es por mi pregunta, necesito respuesta que calle mi boca y me llene el alma de aguda bonanza.

Y adiós setiembre, empiezo a entristecer, está lejos el amanecer y tengo tan cerca al silencio; porque lo he atrapado para mí en primavera, porque nada ha florecido aun y aun la espero. Se está cerrando el candado, viejo candado, candado de memorias rebeldes y anarquistas. Adiós, setiembre, para los felices, los fuertes, débiles, ciegos, solos y atormentados. Adiós.

No importa, ya no importa o si…

14 de septiembre de 2013

La chica del correo electrónico

Hace como cuatro años atrás conocí una muchacha en algún paraje de algún lugar de este mundo, ella tenía el pelo el cabello indeciso entre castaño y negro, en cierto modo o de alguna manera se parecía al mío, cuando la vi me llamó la atención y me atreví hablarle, por primera vez en mi vida me había atrevido a hablarle a una mujer sin que nadie haga el puente para poder comunicarnos. “¡Hola!” le dije, espere que respondiera y me dijera hola también, de hecho estudiábamos en la misma prepa, ya me había visto o eso es lo pensaba yo, en ese momento se me vino la duda y dije en mente “O es que acaso nunca me vio, ni le llame la atención, ¿Por qué estoy tan seguro y me atrevo a venir hablarle como un total desconocido?”, “Ah… hola” respondió, uf un suspiro, hasta ese “Ah… Hola” que ella me dijo, ya habían pasado como ocho segundos y yo estaba parado un poco avergonzado esperando a que hablara, pero sí, me trato como si fuera desconocido, apenas respondió, me miró y en instantes volteo la mirada y siguió caminando, justo esas horas salíamos de la prepa, gran cantidad de alumnos entre el bullicio y el tráfico humano en un desorden insoportable. No tenía que quedarme callado, no sabía que preguntarle; “Cuál es tu nombre” pregunte un poco inseguro, en un momento pensé que me diría, ¿perdón te conozco?, pero felizmente es que no fue así, “ha Bitzy” por fin me dijo su nombre, estuve feliz, ya la tenía entre mis manos, de ahí de hecho no iba a parar la charla conquistadora, “¿Cómo no te oí?” pregunte de nuevo haciéndome el que no escuchaba, pero solo quería escuchar su nombre pronunciada desde sus labios, “Ah dime Cruz”, ¿Cruz?, pero que demonios, primero me dijo Bitzy y ahora me dice Cruz, “Pero dime Camila” añadió, en ese momento sus nombres me idiotizaron, pensé que no quería decirme su nombre, pero cuál sería su nombre finalmente. “Bueno… Camila, como te va, por cierto bonitos nombres” le dije ni tan tímido, ni tan entusiasmado. “A mí también me gusta” agregó y así empezamos a charlar, caminamos como siete cuadras e iba subirse a un microbús, lo último que pensé en pedirle fue su número de teléfono pero antes de pedirle arrancó una esquina de la hoja de su cuaderno y me regaló su correo electrónico. No supe que decirla, me quede silenciado, me dio un beso en la mejía y partió.

El resto de la historia es cuento aburrido que solo a mí me interesaría y quizá a ella o en peor de los casos no le interese ni a ella quizá ni sabe que escribo un blog que nadie lee, lo cierto y lo curioso es que desde entonces casi siempre nos comunicamos por correo electrónico. Yo recuerdo que me pasaba horas en escribir a puño y letra una carta en mis épocas de enamorado o esas pequeñas ilusiones que nacen en la adolescencia temprana y demasiada temprana, lo romántico y cursi está en mis venas. Apenas ella subió al micro y se fue, entre al internet a agregarla al Messenger, la moda era esa, abrir el chat y hablarla con más tranquilidad, pensando bien lo que vas a decir y sin fallas ortográficas, pero no fue como lo pensaba. Apenas se conectó, jamás me dijo un hola, ni me envió un emoticón, a pesar que yo la hablaba, quería que respondiera y hacia hasta lo imposible para que diga siquiera ‘como estas’, le llene de mensajes instantáneos en la ventana de chat que hasta me arrepentí de escribir muchas cosas que pensé que la había arruinado todo.

Cuando volvimos a la prepa volvimos a platicar con total normalidad, como si no supiese que le hable por el chat y me pase todo un fin de semana pensando en que le había caído mal, pero, la invite una gaseosa y hablamos de otras cosas como esas típicas conversaciones de los cursos, que le gustaba de la vida y que pensaba estudiar, hasta que llegamos a tratar sobre el chat, le dije que nunca me respondió y como siempre yo orgulloso empecé a reclamarla sin justificación alguna, Ahí ella me confesó que no le gustaba la tecnología, jamás le llamó la atención el Messenger ni el estar charlando por ventanas de chat, así que me pidió que solo utilizara los correos, esos que te llegan a la bandeja de entrada. Desde entonces aprendí que los correos son los únicos que pueden reemplazar a las cartas que se escribían a puño y letra. Aprendí que las ventanas del chat solo quitan originalidad, los temas

a tratar son cosas inusuales o no necesarias, las conversaciones terminan rápido y llega un momento donde ya no tienes que decir y ves a esa persona conectada todo el santo día y si le hablas solo se dirán ‘hola como estas, bien, chau’, etc. Me pareció interesante, Camila me había enviado un correo a mi bandeja aquella tarde, cuando abrí encontré su escrito, era tal o igual que una carta, algo más romántico que escribir en una ventana de chat o hablar por un teléfono. Desde entonces charlamos en largos escritos por el correo electrónico, me enviaba un día para responderla en una semana y otra semana ella me respondía, era genial, siempre había de que hablar en un mensaje que incluía siempre los Postdatas con algo curioso.

Lo que pasa es que hoy después de tiempo he vuelto a mi bandeja de entrada en un correo antiguo, el mismo que utilicé para Camila, con quien me llevé muy bien, fuimos felices, y pues a pesar que nunca supe su nombre o quizá si lo supe y fue uno de los que me dio, pero dejó de escribirme cuando terminó la prepa, ella ingresó a la universidad, yo no ingresé a la universidad y yo me fui lejos de ese lugar, no supe más, y hoy volví abrir el viejo correo electrónico y encontré mensajes escritos por ella en los meses de febrero, marzo, abril y mayo de este año. Mi intensión nunca fue hacer que fuera mi novia, si quise conquistar era para hacerla mi amiga y así fue, nunca la vi con otros ojos sin embargo necesitaba hablarle, charlar con ella. Ahora que la leo, la siento tal como la conocí, me dieron ganas de volver a verla, aún conserva su estilo para cuando escribe. Quizá se recordó de mí y decidió escribirme, ahora se casará en octubre, me hace reflexionar de cuánto tiempo ha pasado, en mi también han surgido muchos cambios. De hecho y hecho no dudé en responder con tal regocijo, con sorpresa así como la apapachara mediante un correo electrónico, quizá ya la leo, seguro me responderá y recordaremos viejos tiempos, son cosas que pasan en la vida, yo todavía no me casaré pero tengo muchas cosas que contarle.

PD: Si hay algo que rescatar de las tecnologías en cuanto a las buenas costumbres del siglo pasado, son los correos electrónicos.

Septiembre 2013

2 de septiembre de 2013

Ilusiones, decepciones

Entre mi cama, una hoja de papel y un lápiz de tizón nació una dolorosa inspiración, de esas lluvias con hojas en los otoños en un bosque de álamos adustos, o de esas agonías en un nudo de garganta cuando lo sientes cerca al corazón. Que dolor, que rabia, que terco, así duela. La vida me escondió los gustos.

Ayer archive la historia con tus menudos besos del que alguna vez fui ladrón, aquellos que fueron necesarios o improvisos y deslumbrados perpetuamente o esos obstinados ratos de compañía como vagos peregrinos sin razón. Que amargura, que rigidez, que fervor tenerte constantemente.

Si volvieras a brillas entre el espacio, entre la noche y las prolijas madrugadas, responderé que viajó a nuevos inciertos mundos, donde me espera otra bella estrella, así no fuera verdad, juraría haber desertado mi aventura de autopistas vendadas. Que insensibilidad, que sentir, que realidad tan cruda dejar en paz una bella doncella.

Hay caminos que siempre te esperan tranquilos como una sopa intacta antes de comer, esos que se disfrazan de tentaciones y en ellas se refugian tifones, decepciones y depresiones, o esas gallardas emociones que germinan sin siembra y en minutos de arte dan a florecer. Que amor, que vitalidad, que refulgente. La vida me calzó esas sublimes sensaciones.

Ojalá no llovieras sibilas expresiones en tus redecillas de seda con vermuts y pócimas, belleza embrujada, hiciste de mis pinturas a pincel en la maravilla de un sensato edén, hoy que me marcho escondiste los portones de salida y burlaste mis utopías pésimas. Que agobio y que ironía, pero lo borrare en una noche, en dos, en cincuenta o en cien.

30 de agosto de 2013

Insatisfacción

Raquel es una gorda sentimental que es experta en hacer sexo oral a todos los jefes de la compañía no está contenta con lo que tiene o con lo que alcanza, por lo menos estando de secretaria y servidora bucal dentro de su centro de trabajo, todavía quiere ascender de rango, pero para ascender de rango tiene que destituir a un hombre que es medio gay y es asesor del gerente general, ella a toda costa busca ocupar su lugar y piensa que en algún momento aniquilará por completo al marica que le estorba y ocupa su lugar donde siempre—según ella—debió estar.

El marica a quien se refiere Raquel es un tipo no muy gay, con el puesto que ha logrado tener gracias a su ingenuidad y su estilo de trabajar, el marica increíblemente también no está contento con lo que tiene, también se siente cojudo porque no le interesa el puesto, ni le interesa la compañía y ni se imagina que es la envidia de Raquel, en cualquier momento se largará de ahí y abrirá su cadena de hamburguesas hawaianas, porque es lo que siempre ha soñado. Los trabajadores: como los secretarios, los asistentes técnicos y los obreros sin profesión; tampoco están contentos con lo que hacen todos los días dentro de la compañía, porque ganan una miseria de pago quincenal y también buscan de alguna manera destacar para un mejor posicionamiento en su economía familiar.

Como Solución; el dueño de la compañía ha recomendado al Gerente General organizar un circulo con una junta directiva para incentivar a sus trabajadores y así puedan ascender y puedan de alguna manera esmerarse en su labor, pero pasmosamente ni el dueño ni el gerente están contentos con lo que hacen, primero: El dueño que es un viejo millonario que se ocupa en gastar su dinero en casinos; no se siente contento con lo que tiene, solo sueña que algún día sus hijos aprendan a valorar lo que en años le ha costado darles. Él tiene dos hijos pero resultaron marihuaneros que le vale verga la vida y no les importa otra cosa más que fumar y fornicar en algún lugar de mala muerte. Y segundo: Es que el Gerente General tampoco se siente cómodo como gerente—tampoco está contento—está obscurecido y atormentado, porque desde que conoció a Raquel la Gorda Sentimental, esta no le dejado de mamarle el aparato reproductor, desde la noche de bodas con su esposa, hasta el último día de su divorcio. Es decir que la gorda mamadora fue la culpable de la destrucción del matrimonio ejemplar del gran Gerente General. Ahora él solo se ocupa en buscar el perdón de su mujer el cual no parece llegar, y los negocios los firma el asesor marica. En resumen la empresa es automática y todos parecen estar descontentos y azorados con lo que tienen o con lo que pueden alcanzar.

Lo cierto es que desde que se ha anunciado el circulo con la junta directiva, todos quieren se presidentes esa junta. Raquel la gorda sentimental con sus gestos de niña y de golosa actúa de victima e inteligente para llegar a ser la presidenta y así pueda demostrar que es una líder y por fin destronar al marica que ocupa el puesto que siempre ha anhelado. Por su parte el marica asesor del gerente al principio no se mostraba interesado ni le llamaba la atención la presidencia de esa junta, al contrario estaba cansado esperando el final de su contrato irrenunciable para por fin empezar su cadena de hamburguesas hawaianas, pero recién se ha enterado que Raquel la gorda sentimental le quiere destronar y burlar su capacidad, y , como es medio marica; ha decidido ponerla en su lugar y la única forma de darle la lección es ganándole la presidencia y demostrándole que la gorda mamadora nunca podrá ser más que una gorda mamadora y maniática sexual.

Mientras tanto el resto de los empleados parecen estar por fin interesados en ascender de rango y ganar un poco más de remuneración (Sus objetivos es ganar dinero), pero por temor 'no pueden' ser candidatos a la presidencia o no se atreven o porque no se sienten capaces y lo único que se les ocurre es apoyar a algún candidato, ya sea bien a la gorda sentimental de Raquel o al marica que sueña con su cadena de hamburguesas hawaianas. Por ello Raquel ha empezado su gran campaña para la presidencia de la junta: Las ocho horas de trabajo muestra interés por el resto de los empleados, ahora tiene más amigas del secretariado y salen en fiestas y cumpleaños, las menciona en sus estados de Facebook con fotografías diciendo ser las mejores amigas de toda su vida, entre ellas las empleadas y algunos empleados que se han colado y han optado por apoyar a la gorda sentimental, porque si ganaría la presidencia de la junta, ella les daría más facilidad en su ascenso o aumento en su remuneración, es decir que son interesados mutuamente, por un lado Raquel para conseguir sus votos y por otro lado los empleados para ganar su aumento salarial. Al mismo tiempo, el hombre marica que es el asesor del gerente general y es el estorbo de Raquel, solo muestra silencio y guarda calma ante los empleados, algunos de ellos lo apoyan pero por su capacidad, pero son pocos gatos, algunos de ellos apoyan a los dos (A la gorda y al Marica) pero de manera discreta, son esos tipos de personas que no le gusta el pierde. Así está la situación.

Dentro de este dilema tan descabellado, hay una secretaria de la agencia de informática de la compañía que lleva por nombre Anabel, que es la amante del asesor marica, la cual también busca el puesto de la presidencia de la junta, pero al igual que todos los demás, también ella por temor o por incapacidad; no se atreve gritar su ansiedad de ser la presidenta de la junta, lo cierto es que tiene una personalidad angustiada, también siente una cierta envidia por su propio amante-marica- y también cierto recelo impaciente por Raquel la gorda sentimental, hasta parece que ella hubiese querido y preferido ser la servidora bucal y la chupa penes de la compañía y no Raquel, pero también muestra inteligencia, lo penoso es que no podrá ser candidata, porque no puede o porque tiene miedo y no tiene más remedio que apoyar con el nudo en la garganta al asesor marica, por ser el menos envidiado y el más merecido. No hay de otra.

El día de las elecciones para la junta directiva que promocionaría el círculo de empleados para el sistema de ascensos, algo extravagante ocurre: Todo apuntaba a que finalmente; el Marica iba a ganar la presidencia de dicha junta, el marica lo tenía ya planeado, sabía que su victoria estaba a un paso y desde luego ya quería festejar su triunfo, triunfo que iba a ser gracias a que Frank su imparcial amigo—que también era el amigo de la gorda sentimental de Raquel porque también le hacía sexo oral—le había recomendado dar un discurso antes de las elecciones para lograr convencer y hacer entrar en razón a los empleados, su plan era efectivo. Y así iba a ser, el asesor marica estaba a punto de dar el discurso antes de las elecciones que iba a ganar, fue cuando Anabel su propia amante, decide ponerle fin al dilema y ponerle fin al plan del marica, Anabel con su inocencia se para delante de todos los empleados angustiados por una buena paga quincenal y logra truncar las elecciones con su hipótesis de que «las elecciones solo ha causado enemistad y se necesita un poco más de tiempo para reflexionar y poder elegir a un presidente de dicha junta importante». Todos atolondrados apoyaron la sugerencia y al mismo tiempo cancelaron todo. Lo que se sabe es que el marica una noche antes le confesó todo a Anabel sobre su último

discurso convincente y Anabel aprovecho para desquitarse y saciar su sed de envidia contra la gorda lamehuevos y el marica disqueiteligente.

Ahora todos volvieron a estar inquietos y plantados sobre sus maceteros, la gorda sentimental ya se había dado cuenta que iba a perder en esas elecciones, así que es la única quien se quedó poco contentada, pero sigue haciendo campaña para cuando haya unas nuevas elecciones y por fin pueda ganar merecidamente gracias a su astucia de la mejor amiga de las secretarias y los empleados y empleadas no profesionales. Por su parte el asesor marica del gerente lo ha pensado y ya no quiere ser presidente de ninguna junta, “Le llega a los huevos”, sigue esperando el momento para largarse del lugar y abrir su cadena de hamburguesas hawaianas—Que por cierto solo faltan dos años y medio—pero sigue teniendo en mente la traición de la perra de Anabel, aunque en momentos piensa que estuvo bien y que no fue la forma de dar una lección a la gorda sentimental. Mientras tanto el dueño de la compañía ha entrado en un estado de depresión, sus hijos siguen como no habidos. Asimismo el gerente general; mientras el asesor marica se encarga de los contratos y las firmas de negocios, él sigue esperando el perdón de su mujer la cual parece que nunca llegará.

Finalmente, al pasar el tiempo; ni dueño deprimido ni el gerente despechado parecen estar contentos con lo que tienen. La compañía; sin junta directiva, sin incentivos, sin remuneración, sin asensos ni buenos pagos sigue siendo una compañía chiflada. Los secretarios, asistentes técnicos y los trabajadores no profesionales de la compañía, tampoco están contentos, siguen recibiendo una miseria de pagó esperando nuevas noticias. La gorda sentimental especialista en el sexo oral ha empezado a tramar nuevas estrategias para destronar al asesor marica del gerente, así que tampoco está contenta con lo que tiene o con lo que alcanza, el asesor marica tampoco está contento, nadie está contento después de todo. Solo se sabe que: en un día de estos alguien volverá a presionar el botón y de nuevo estallará el dilema que nos encojudeció.

Agosto 2013

31 de mayo de 2013

¡Carajo, Quiero morir!

Ya finalizamos mayo y al iniciar este ultimo día, el amanecer de este último y glamoroso día 31 de Mayo, cuando el vocinglero gallo ha dado sus gritos al cielo anunciado la llegada de la luz del sol, me he despertado destempladamente y me ha dolido los cachetes porque me dormí sobre mi llave ensartado a un llavero de abridor de cerveza en forma de guitarra y en forma de guitarra se quedó marcada mi cachete derecho, he abierto los ojos de golpe como si algo penetrara entre mi pecho y brincara mi alma por la mirada—huyendo de mí— y mis idos rechinaron enseguida y dije fuerte ¡Quiero Morir!. Pero deje en mis sueños a un muñeco de peluche que me hacía cariño y yo vomitaba sobre ella y el policía me aplaudía, entonces me pregunto de donde salía el ¡Carajo, quiero morir! Pensé que hoy moriría, hoy esperé morir y he logrado sobrevivir y entonces me dije, ya estoy muerto y si no estoy muerto estoy sobreviviendo, seguiré sobreviviendo para siempre y seré infeliz por el resto de mis cuajos, no creo que haya felicidad en la vida, la felicidad es la infelicidad, los objetivos de la vida es la felicidad y desde ahora soy muerto, infeliz y sobreviviendo.

1. Mi amiga que vino a la medianoche y lloro en mis hombros, le di consuelo y le hice cariño y lloramos ambos porque yo la amaba y nunca lo supo, aunque ahora me importa cojones, porque ya no la amo. 2. El moreno que gritaba en las calles vendiendo mazamorra y cuando le compraba me decía porque la mazamorra era buena y dejaba que eligiera cuál de los vasitos quería. 3. Las mil “Ley de Hielos” que aplique a mi viejo cuando cursaba el colegio porque no me quería comprar los primeros celulares o no me daba permiso a los quinceañeros. 4. Los sublimes puñetes que me di con mis hermanos cuando discutíamos por el canal de Tv o por los gustos musicales. 5. Las lágrimas que deje caer como cataratas en las lluvias, porque sentí que dejé la adolescencia y me he sentido viejo y aun no soy viejo y tome unos tragos con mi viejo. 6. Las tocadas de rock en algún bar de mala muerte donde con menos de cinco soles me costó tres días de resaca o algo parecido a la resaca. 7. Las mujeres que me obsequiaron el placer, a las que les di placer, a los que les di placer. 8. Las madrugadas cuando desperté entre la luz apagada y me sentí solo e hice el amor con la soledad. 9. El celular con la que te escribí mis mensajes cortos como si fueran poemas largos. 10. El techo que trepe cuando llegó sus viejos y tuve que huir con un gato arrecho entre los techos de su casa sin importarme si caía o moría. 11. El viejo que se sentó a mi lado en el bus y me hablo sobre historias extrañas y resulto inventándose todo para invitarme un trago. 12. Al tipo que me pegó y me dio una dulce paliza bajo la lluvia y dos años después reímos en carcajadas—Aunque quiero todavía vengarme— 13. Las calles de mi infancia. 14. De niño: la tierra que tragué por placer y gustos gastronómicos. 15. Las viejas tumbas abandonadas y las almas olvidadas del cementerio. 16. El rio llena de basura esperando la llegada del huaco para quedar limpio—me recuerda a mis recuerdos— 17. El taxista que me llevó a mí y a mis cachivaches cuando me votaron de la pensión. 18. El discurso mediocre de Alan. 19. El poema cursi que ella intento inventar y que me envió. 20. Mi perro enano con hocico de lobo—chato te amo, eres el perro de mi vida— 21. Mi comida favorita. 22. Las drogas que rechacé, los que me fumé. 23. Las putas que nunca conocí. 24. La biblia—si por me arrepiento— 25. El control de Tv. 26. El inodoro que rompí. 27. Las cartas que horríficamente escribí. 28. Los cassetes que me robé. 29. Este momento escribiendo. 30. Mis dedos sobre las teclas. 31. Mi contraseña. 32. Mi cuaderno de notas. 33. Mi cámara. 34. Mi lapicero favorito. 35. Mis ojos leyendo, etcétera. Todo eso estará en mi mente sellado, acumulado en mi bolcillo para cuando me muera, cuando este muriendo, cuando diga arrivederci y cuando por fin vuelva a decir ¡Quiero morirme Carajo! Y morir.

23 de mayo de 2013

Cartas a quien dejo de leerme


Estoy enojado y molesto porque dejaste de leerme, dejaste de leer mi mojón de palabras que no tienen valor, mis enjambres de escritos cual moscas sobre un nudo bañado sobre una cloaca y eso me pone en un estado de inquietud,  incomodo, rabia mejor dicho, es cierto que me he portado mal o quizá bien, pero estoy confundido y solo afirmo que ya dejé mi accidental soberbia entre los que me leen casualmente.

Sé que no se escribir, tampoco me siento súper hombre cuando lo hago, porque es irrefutable y no lo puedo negar, no he escrito siquiera un poquito de suspiro para quien quiera vivir en estos últimos meses, que en cierto modo tampoco quiero hacerlo, no quiero cambiarle la vida a nadie, es el error de los escritores, pero es necesario para ellos, los escritores siempre quieren influir con sus líneas a sus lectores, como apoderándose de ellos y es lo que menos quisiera.

Reafirmo que no se escribir y los pocos que me han leído lo hicieron tal vez porque les interesa o se sienten identificados con mis personajes que en fin, son mentiras, es decir escribo puras mentiras, falsedades y a esas mil mentiras yo les llamo ficciones, que en el lenguaje literal o literario es irreal o un mundo fantasías lleno de estúpidos involucrados en mis boberías.

Despistadamente me he creído un cretino, un asesino en ocasiones, un desfachatado por haberle dicho a alguien que quieras o no, tendrás que comerte mi enjambre de moscas entre una cloaca y quizá fallé, ¿cómo puedo obligarle y decirle comete mis mentiras y mis falsedades a alguien?, estuve mal y adicionalmente a esa sinvergüencería; no sé escribir y no me siento un escritor, no soy escritor, solo me refugio entre este rincón donde los que vivimos somos mi computador, mi guitarra y yo, donde cobardemente hago lo que estás leyendo.

Si dije lee lo que escribo o lee mis mentiras, fue porque me dominó la soberbia interna, que todos poseemos y no lo voy a negar jamás, fui soberbio y quiero salvaguárdame y aferrarme humanamente con mis disculpas, porque no soy un escritor soberbio, ni tampoco escritor; ni dócilmente soberbio y repito no se escribir, ni soy un escritor, porque al final escribo para fantasmas, nadie me lee, solo mis amigos y mi familia, que no es toda mi familia sino solo mi padre que si estaría a su lado me daría merecidas palizas por escribir jijunadas que a nadie en absoluto le interesa.

Pero, pero, carambas, tienes que darle valor con tus propios hábitos a mis humildes letras, no tengo un fin, no sé lo que busco, nadie me lee y el quien me lee son mis amigos y los considero mis amigos porque son los únicos que aprecian y estiman lo que tontitamente hago con mis manos entre un teclado y a veces escribo a puño y letra, con mi horripilante caligrafía en cualquier papel.

No quiero dinero, así me haga falta, solo quiero escribir y que alguien me lea y sobre todo mis amigos, cada personaje aquí en mi viejo escritorio son personas que no figuran en la vida real. Soy un artista que vive de su arte, aun así, no me considero artista, lo hago por amor al deporte o por amor al cerdo, modestamente aun así siendo un escribidor soberbio fortuitamente, necesito que me des un vistazo, quizá mañana algún protagonista de alguno de mis escritos se identifique contigo o tú te identifiques con un caricaturizado personaje entre mis palabras y por favor no dejes de leerme.

Mayo 2013

15 de mayo de 2013

Lecciones de hipocresía

Todos piensan que realmente somos buenos y nos ganamos las características de un buen ser humano, tratando de imitar ser el perfecto, nadie es perfecto pero siempre queremos ser los seres perfectos, sin maldad, buenas personas, buen amigo, buena amistad, el chico de bueno humor, el más vacan de la clase o en el caso de una mujer que cree que es la dueña del mundo y alucinando que tiene todo sobre sus manos, que se siente manipuladora, se adueña de sentimientos y decisiones ajenas, siendo capaz de pisotear la dignidad de la multitud de personas con razón como a un enjambre de gusanos inocentes. En el peor de los casos, cuando esta—aparentemente—mala acción, acción repugnante, hedionda y nefasta todos lo notan, se le denomina falta de profesionalismo en su buena acción, digo buena porque en sí, es bueno ser dos caras, de buenos rostros, odiada, vilipendiada, despreciada y sobretodo los defectos; valorada.

Para que consumes tus propios venenos, ¿acaso nos pasamos la vida entera envenenándonos, preparando las mugrientas pócimas una y otra vez para tragárnoslos a cada rato, haciéndoles creer a todos que eres la más hábil ante todos, y fingiendo ser sutil para poder mancillar su conciencia, su capacidad de los que te rodean, de tus propios amigos, de los inocentes que creen en ti?

Pero ante ello, rescato la labor de manipulación que ciertas personas en el mundo quieren alcanzar, el aporte a la supuesta inteligencia que todo creemos tener, el acercamiento a las buenas acciones pro busca del perfeccionismo o mejor dicho al mundo del arte de las personalidad. Como todo un experto alguien que soy yo refuta y maldice a aquellos que se mueren lentamente por un sorbo de su propia y mugrienta pócima, sin saber que las mentes frágiles que son los humanos cualquieras, como todos en su mayoría, tristes y pobres inocentes, saben de la forma en como los engañan y percibiendo la mala imagen de la verdadera hipocresía.

Pero se preguntaran de ¿Qué carajos está hablando este pobre y triste escribidor en un blog que nadie lee?,  en resumen intento rescatar el valor de la “Hipocresía”. He leído a muchos escritores, pensadores y muchos personajes llamadas figuras por decir algo importante, algún aporte a la reflexión personal o a la personalidad y todos se dedicaron a disparar al blanco, mostrando su desdén a esta palabra que anhelo demasiado, a esta palabra “Hipocresía”, es decir, que casi todos dan el mal concepto de esta característica natural que tiene el ser humano desde su nacimientos, aunque solo alguien que es uno que me pareció más cercano a lo que pienso es Joan Fuster y la frase “Han inventado la hipocresía, ¿no? Pues harías mal si no te aprovecharas de ella”.

La hipocresía es buena, es un arte de personalidad  y para los que anhelan acercarse a la perfección esto es una lección para esos que no lo saben utilizar, esos mediocres, resentidos o más que todos esos sinvergüenzas que muestran su hipocresía a la vista de todos. No merecen vivir, yo los mataría a sangre fría y los disfrutaría verlos morir lentamente entre mis manos, apretarlos como apretaría a una cucaracha gorda y culona y hacerlo explotar sobre mis manos a esas bolas de caca que contaminan el ambiente humanístico.

La hipocresía es buena, es como ser un sicario asesino, que mata y elimina personas  a cambio de un salario. Pero pongo el claro ejemplo del SICARIO. Un verdadero sicario se interesa más en la limpieza de su nombre, no caer preso o terminar en una prisión donde terminara violado, se interesa en buscar el crimen perfecto. Un sicario inteligente no aprieta el gatillo, sino mata a su víctima haciendo que su muerte sea natural, mientras que el sicario inútil siempre aprieta el gatillo o empuja el filo y se mancha de sangre porque termino matándolo y es el verdadero asesino tristemente imbécil.

La hipocresía es buena, como y es tan bueno literalmente, hacer el trabajo de un sicario inteligente, reitero que la hipocresía es un arte de personalidad, siempre y cuando el ser humano lo sepa maniobrar y no irracionalmente joder a las personas en el ojo de todos, en especial de los que te aprecian, manipular con tus mugrientas manos a los inocentes, a los pobres indefensos que son más perspicaces que tú y tú sigues creyendo tener el poder sobre todas las cosas y mereces morir como una cucaracha gorda y culona que contamina el ambiente humanístico por tu falta de ética hipocreisismo.

Es un arte hacer el oficio de un hipócrita profesional porque sabes los que haces, conoces los pasos e indicaciones y el trabajo de serlo, sabes en ti que eres un hipócrita profesional y te anhelas tú mismo, te admiras de ser el gran hipócrita y te sientes contento y estimulado porque puedes hacer lo que pueda complacerte, un fariseo perfecto, sin sospechas ni despechos por las personas que te rodean. No seas cucaracha gorda y culona porque querré matarte como un asesino que mata por honor sin importar lo que pueda suceder, te mataría por ser un hipócrita sin saber entre ti mismo que eres hipócrita, porque eres hipócrita a las vista de todos y niegas serlo y no sabes que lo eres. Mereces morir.


* La hipocresía es un arte y es buena si lo sabes maniobrar, la hipocresía es mala cuando estas siendo hipócrita y no sabes que estas siéndolo. *

Mayo de 2013

5 de mayo de 2013

Nuevo día

Ahora ya ha principiado mayo, con un calorcito fresco por la mañana, ese calor que queremos para ofuscar en un bostezo profundo con la panza caliente, esas seis de las mañanas frías, donde el sol esta oculto entre las pocas nubes que quedan al amanecer, esas chimeneas imaginarias con olores de un nuevo día, el sonido lejano de los autos y carros chirriantes a lo lejano, algún pájaro que canta con el brillo salpicado del sol, el panadero que pasa con el triciclo viejo y limpio, con la chalina, el abrigo y su parlante que grita entre las calles, donde los vecinos salen con los parpados hinchados.

Al otro lado de una esquina, donde el quiosco de periódicos la gorda vendedora con los diarios a colgar, los curiosos que lo leen, los madrugadores y casi siempre los abuelos jorobados, con bastón, lentes y bigotes. Como es la mañana, nuevo día, nuevas ideas, nuevas cosas. Un cielo nublado y yo sentado entre la vereda en abandono, mirando el perro chusco y apurado que cruza la avenida, mientras doy mi sorbo de café en las esquina del té, la emolientera gorda, todas las mujeres de este lugar son gordas, como si fuera un castigo de la obesidad,  o será la buena vida y abundante cortejo de comida. 

Después de muchos sorbos de café mi boca expulsa neblina entre un suspiro y respiro, también se mezcla con los suspiros de otros que tomaron té o café o emoliente y el humo negro de las chimeneas vehiculares, calles atiborras y congestionadas, que tranquilo día, nuevos suspiros, vientos  pasivos, calorcito de mayo, bostezo de mañana, barriga caliente y parpados hinchados mañana será otra vez igual que hoy. Nuevo día, nuevas ideas.

24 de abril de 2013

Sospecho que me están robando el PH

Antes compraba de dos por mes, 6 pares al año, sacando mi cuenta son como casi 20 soles anuales de inversión y que de hecho es una inversión necesaria. Hablo del papel higiénico o PH en vulgar, en estos últimos días me estoy dando cuenta que desde que me visitan mis amigos estoy consumiendo más de lo debido o es que son ellos los que se desvalijan mis honorables y ostentosos rollitos de papel higiénico.

Primero utilizo para lo básico, para el baño que es raro me doy cuenta que no voy mucho al baño, máximo uno al día o a veces no voy, debo tener algún problema, bueno eso sería otro tema. Segundo, para la nariz, que tampoco es mi problema la mucosidad nasal. Tercero, para limpiar algo que se hecho sobre la mesa o el escritorio, una gota de gaseosa, agua o algo, casi es frecuente. Tercero, cuando utilizo zapato lustrado suelo llevarme un poco en el bolsillo trasero, por la horripilante polvosidad que hay en el trayecto a la universidad. Cuarto y último es que siempre llevo un poco en el bolsillo y cuando estoy devuelta aquí me doy cuenta que sigue intacto.

Quiero saber que es mentira sobre mis amigos ladronzuelos de papel higiénico, bastardos, descuideros que tortuosamente han estado aniquilando mis rollitos o es que acaso: ¿Me estoy convirtiendo en mocosiento?, o es que estoy eliminando más desechos fecales que antes, o uso más zapato lustrado, o utilizo más papel en el bolsillo trasero. ¿Qué será? Mi hipótesis hasta el momento, es que los sospechosos más vecinos a este pillaje indirecto son mis amigos que de hecho son más defecadores que yo, más mucosos que yo. Seguiré investigando y no parare hasta que sufra una condena el responsable de este acto irracional e imprudente.

20 de abril de 2013

Algo cotidiano II

Espero moto-taxi. Prefiero moto porque el micro me aborrece, es decir no voy ni en taxi ni en combi ni en micro, porque las motos son condescendientes y familia de los rápidos y furiosos.

Estuve entre Tottus y San Martin esperando una moto, entre miles que circundan en esta ciudad, a tal punto que parecen hormigas con características de ratas zarrapastrosas o como escarabajos de a montones y ovejas lanuadas y empujonas, esas son las motos taxi en Ica. Pero Para elegir a cual moto-taxi –por fin—subir tengo que verle la cara: Porque no subo a motos con un conductor que tenga una gorra de pico plano, no subo a motos con un cajón de música reggaetón bajo el asiento, no me subo a motos donde el sudoroso chofer conduce casi calato y agachado, con los pies levantados y manejando con una sola mano, no me subo a motos con demasiados adornos y cuando subes parece que te subes a un mini-prostíbulo con floresentes, en resumen no subo a motos de barruntos y muchas cosas más que hacen deteste a las motos y aun así subo a uno de los 100 que pasen y no chapo taxi porque la economía es escasa o a lo mejor ahorramos un poco o sino simplemente porque prefiero comprarme una galleta más e ir en moto y más rápido, más veloz, más imprudente.

Mientras las motos hacían pasarela y yo elegía entre tantas a una, había una pareja de esposos o amantes—no se—se estaban casi comiendo entre los dos, "Tú me dejaste, ahora te quejas, ahora pe mariconcito, suéltame…" decía la gordita y el crespo trigueño le sujetaba de los brazos. "Carajo entiende pues gorda, que te dije ¿a? que te dije..." le gritaba el crespo que más daba miedo. Sin duda yo solo estaba viendo a cual moto elegir y De hecho no me importaba que esos seres humamos discutieran o se mataran, solo quería llegar a mi habitación para vivir en paz y liberarme de este ruido insoportable de Ica, yo levantaba la cabeza para ver a algún mototaxista sano y enano porque tengo posibilidad de que si me trata de robar puedo salvarme, si es posible lastimarlo—también viendo esas posibilidades—de pronto "y tú que mierda miras sapo conchatumadre" escuche y era el tipo de las discusión, el quien casi se comen con su novia gorda y se estaba dirigiéndome a mí, de pronto no le dije nada, estaba asustado, pasmado, no le hice caso y me subí a una moto verde con un mototaxista de cara sana, sin radio ni puertas y me fui, solo escuche. "Te voy a buscar conchatumadre, sapo de mierda...",—búscame pues cara de cebolla—dije entre mí, de hecho no le he dicho a nadie así—ahora por fin en mi habitación, adorable, en mi habitación en desorden tocando una armónica tremolo asiática, que tranquilidad.
 
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