23 de mayo de 2013

Cartas a quien dejo de leerme


Estoy enojado y molesto porque dejaste de leerme, dejaste de leer mi mojón de palabras que no tienen valor, mis enjambres de escritos cual moscas sobre un nudo bañado sobre una cloaca y eso me pone en un estado de inquietud,  incomodo, rabia mejor dicho, es cierto que me he portado mal o quizá bien, pero estoy confundido y solo afirmo que ya dejé mi accidental soberbia entre los que me leen casualmente.

Sé que no se escribir, tampoco me siento súper hombre cuando lo hago, porque es irrefutable y no lo puedo negar, no he escrito siquiera un poquito de suspiro para quien quiera vivir en estos últimos meses, que en cierto modo tampoco quiero hacerlo, no quiero cambiarle la vida a nadie, es el error de los escritores, pero es necesario para ellos, los escritores siempre quieren influir con sus líneas a sus lectores, como apoderándose de ellos y es lo que menos quisiera.

Reafirmo que no se escribir y los pocos que me han leído lo hicieron tal vez porque les interesa o se sienten identificados con mis personajes que en fin, son mentiras, es decir escribo puras mentiras, falsedades y a esas mil mentiras yo les llamo ficciones, que en el lenguaje literal o literario es irreal o un mundo fantasías lleno de estúpidos involucrados en mis boberías.

Despistadamente me he creído un cretino, un asesino en ocasiones, un desfachatado por haberle dicho a alguien que quieras o no, tendrás que comerte mi enjambre de moscas entre una cloaca y quizá fallé, ¿cómo puedo obligarle y decirle comete mis mentiras y mis falsedades a alguien?, estuve mal y adicionalmente a esa sinvergüencería; no sé escribir y no me siento un escritor, no soy escritor, solo me refugio entre este rincón donde los que vivimos somos mi computador, mi guitarra y yo, donde cobardemente hago lo que estás leyendo.

Si dije lee lo que escribo o lee mis mentiras, fue porque me dominó la soberbia interna, que todos poseemos y no lo voy a negar jamás, fui soberbio y quiero salvaguárdame y aferrarme humanamente con mis disculpas, porque no soy un escritor soberbio, ni tampoco escritor; ni dócilmente soberbio y repito no se escribir, ni soy un escritor, porque al final escribo para fantasmas, nadie me lee, solo mis amigos y mi familia, que no es toda mi familia sino solo mi padre que si estaría a su lado me daría merecidas palizas por escribir jijunadas que a nadie en absoluto le interesa.

Pero, pero, carambas, tienes que darle valor con tus propios hábitos a mis humildes letras, no tengo un fin, no sé lo que busco, nadie me lee y el quien me lee son mis amigos y los considero mis amigos porque son los únicos que aprecian y estiman lo que tontitamente hago con mis manos entre un teclado y a veces escribo a puño y letra, con mi horripilante caligrafía en cualquier papel.

No quiero dinero, así me haga falta, solo quiero escribir y que alguien me lea y sobre todo mis amigos, cada personaje aquí en mi viejo escritorio son personas que no figuran en la vida real. Soy un artista que vive de su arte, aun así, no me considero artista, lo hago por amor al deporte o por amor al cerdo, modestamente aun así siendo un escribidor soberbio fortuitamente, necesito que me des un vistazo, quizá mañana algún protagonista de alguno de mis escritos se identifique contigo o tú te identifiques con un caricaturizado personaje entre mis palabras y por favor no dejes de leerme.

Mayo 2013
 
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