20 de octubre de 2014

Verano en mi cabeza

Está empezando el calor en los interiores y si algo tengo que odiar algo a estas alturas son los cambios de estación, es decir porque cambiar de estación si uno mismo puede buscar su ambiente preferido, por eso siempre les digo a mis amigos que cuando tenga como treinta y alguien atine a casarse conmigo; de inmediato voy a tener que raptarla y llevármela a vivir a alguna isla cerca de la Patagonia o al polo norte o a Europa o a Puno. El frío es algo que siempre anhelo, tal vez no el frío brusco de Puno o Patagonia, pero algo más frágil, frágil como el alivio que escapa de la helera al abrirlo.

Desde que me enseñaron los cambios de estación lo único que se me ha quedado en las pocas neuronas que andan por mi cabeza; es que solo existe frío y caliente, invierno y verano, no podría ver más mediadores entre ambos polos. Estamos a mediados de octubre y todo empieza a calentar: La silla donde estas sentado, el trasero que empieza sudar, las manos al saludar, la noche, la almohada y la lucha incansable de buscarle el lado más frío, las madrugadas y la calle.

Ahora por ejemplo que me ha tomado de asalto la melancolía a media madrugada y mientras estaba bailando la canción Berlín de R.E.M. quitándome la ropa para echarme a dormir, me llama mi madre sospechando que de seguro estaba o despierto o llorando o emborrachándome o fumando un porro y le digo que estoy bien, pero ella asegura que de seguro estoy en uno de esos planes e insiste, pregunta como estoy, tanta insistencia hasta siento que en verdad me está incitando, pero le repito que todo está bien y pongo mi voz de soñoliento para reclamarle el asalto a mitad de sueño, se pone calmosa, escucho el sermón, le digo que la extraño y porsiacaso le repito que todo está bien, corto la llamada reanudo Berlín, subo el volumen el calor me entra por los poros y quiero quitarme más todo y quedarme en pelotas, pero se acaba Berlín y el clásico silbido de Wind Of Change suena y me recuerda que estoy triste, melancólico, tocando fondo, me pongo a bailar la danza de los tristes, triste pero bailando, así de malo me pongo, así de ridículo me veo cuando estoy solo y solo me ve el pequeño espejo haciendo de mi un artista insólito que causa regocijo en el ambiente.

Necesito un agua helada o Coca-Cola, pero pienso en invierno y quiero sentarme a pensar y lamentar octubre, a refutar los cambios de estación, todo era tan ligero en invierno, la soledad perfecta y la música y los bailes tristes, las coreografías, el café caliente, el aliento, el bostezo nuboso, la calle, la garua y la ciudad.

Tengo una inmensa taza de café color café en mi habitación y pienso en toda cafeína que quiero meterme al organismo esta madrugada, preparo el agua mientras alisto el computador y fumo un poco mientras suena Nadie Sale vivo de aquí de Andrés Calamaro, le subo el volumen a 32 y el televisor está encendida siempre haciendo mímicas, nadie quiere oír chácharas masivas, así siempre tengo la Tv, en volumen cero y la música sonando y el agua cocinándose y el humo inundando la habitación. Me siento en el piso cerámica, ahí está mejor, el culo siente un gran frío en agudeza, como es placentero; me arrojo con todo el cuerpo de espaldas en el suelo mirando el techo, cerrando los ojos y sonriendo sin mostrar los dientes, chino de tristeza sintiendo hinchar el pecho como si una burbuja de cianuro creciera adentro de mí.

Todavía estoy creyendo que mi vida debe terminar en una isla, a mis amigos siempre les pregunto la casa soñada y cada vez que me lo describen; estoy sintiendo la imaginación, la delicadez con que hay que divagar, el mundo está así de querendona, con ansias innatas, inexcusables. Nos pasamos fantaseando y “Hay que estar listo” dice un amigo que es profesor y locutor. Una vez el tipo me enseñó toda una flota de equipos de sonido, reguladores y esteros de ultima tecnología, me invitó a pasar a su sala de grabación y probamos juntos los micrófonos, las consolas, los pedales de efecto, mixers y todo un ejército, de hecho que todo un sótano de fantasía, solo me lo describió por el correo electrónico y me apuntó preguntándome ¿Y tú ya sabes lo que harás cuando tengas un millón de dólares? Es cierto, podría tener millones de dólares y a estas alturas prefiero seguir fumando y no sabría siquiera que hacer con tanto dinero, él si sabía, ya estaba listo y de seguro si un día consigue el millón de dólares; me enseñará toda su flota de equipos de sonido, así como lo imaginamos.

El café está listo, hace calor pero sigue invierno y la música suena con Rod Stewart cuando le hizo el cover a Creedence Clearwater Revival en vivo el tema que me recuerda a mi viejo “Have You Ever Seen The Rain”, cuando por amor agonizaba por primera vez le dije que estaba enamorado y me dijo que algo así es la vida, pasa de momento en momento y de la nada nos damos cuenta que ya no estamos aquí, estamos muertos, pero tranquilo después de cada tormenta viene una pequeña calma, ya vendrá el tuyo dijo y me puso Creedence Clearwater Revival como diciéndome este tema es para ti pequeño inmortal sigue agonizando.

No entiendo como a pesar de tanta diferencia de tiempos y experiencia los padres sieguen teniendo la razón por encima de las cosas por las que uno pasa, es decir que cuando tenga hijos; no sé de qué les voy a hablar, les diré acaso que estuve bailando Berlín de R.E.M en pelotas, con la tv encendida en volumen cero, con música, preparando café y fumando, que diría de mí con tanta sentencia, se meterá a mi viejo escritorio y lo leerá todo, como cuando estuve asesinando a mis íntimos enemigos en mis historias, disparando contra todos desde mi muralla y acosando a hombres. No podría imaginar qué tipo de padre podría ser.

Un amigo me habla desesperado por WhatsApp y me cuenta que ha conseguido empleo en un bar, me invita un pisco, quiere que vaya por él y de seguro me ha visto con rostro de quererme mamarme la barra completa de su bar y todos sus tragos mezcladas con agua de caño. Al parecer que acierta. Quiero mamarme la barra completa de su bar y al barman y al mesero, así de arrasador me vuelvo cuando bebo y estoy empezando a dominar el sacacorchos a la perfección. Me pones Querida de Juan Gabriel y ya quiero un escenario con un par de gordas vegetarianas haciendo una coreografía mientras coreo el ¡Ajá! ¡Ajá!, así de malo me pongo. Solo le digo que voy a visitarle una noche para oír un poco de Rock and Roll y embriagarme un poco pensando en alguien de quien estoy intensamente enamorado, emborracharme para oír bien la canciones, ese estímulo me abren bien los oídos y quiero llorar con pasión, quiero llegar a mi habitación, coger mis cepillo de dientes y la pasta, mirarme al espejo y tararear una canción llorando mientras me lavo los dientes, así congojado soltando algunas lágrimas y quedarme dormido después, frecuentemente lo estoy haciendo no cabe duda que lo hago con mucho fervor.

Café: Una de café dos y media de azúcar, siempre primero ambos en mi taza, luego el agua caliente desde muy alto, tiene que hacer sonido de catarata, la caída del agua al pocillo debe sonar como si alguien meara con espuma desde muy alto, ese es el café perfecto. Solían echarle limón y menta pero así está bien. Cojo la cuarta taza de café y prosigo enloqueciendo con el teclado. Estaba escribiendo hace una semana la historia de Kevin, un sujeto que ha empezado a enamorarse de alguien y al parecer está apunto de arruinarlo todo y es que es su especialidad arruinar, todo lo que ha logrado con éxito se debe que al inicio siempre lo ha arruinado. Kevin se ha tomado muy en serio esto de conquistar a su bella amada, a veces estoy pensando que a quien podría interesarle esa historia basura, me parece aburrida su patraña, no quiero publicarlo, es una porquería de pasajes, me da flojera estar leyendo su estilo de desmantelar las cosas, supongo que porque me está obligando lo voy hacer, voy a publicar en mi blog la historia de Kevin.

El verano me está entorpeciendo, aun no es verano, el frío continua en las madrugadas felizmente, pero al verano ya lo estoy sintiendo en mente y ya quiero huir pronto, siempre hago eso, huyo de las cosas perseverantemente, también huyo del amor a veces, de mis padres a veces, de mis amigos a veces, de mí a veces, de todo a veces, a veces estoy sintiendo fobia con todas las cosas, hasta con mi barriga que está creciendo y me estoy enamorado de ella, así mal estoy, a dormir vagabundo, a dormir aspirante a foca, a dormir pequeña foca, a dormir.
 
Todos los Derechos Reservados
2009 - 2016