30 de septiembre de 2013

Adiós septiembre

Adiós setiembre y se cierra el candado que guarda mis preguntas y mi angustia, se enciende un olor y todo desvanece como si fuese una fragancia repentina. Todo es tan raro, todo tan necio, necio como la dudas chirriantes sin responderse, como si la vida fuese una terquedad y la muerte un suspiro ¿Y el amor?

El Amor es un epitafio como pretexto para justificar a la soledad enigmática, ¡hay soledad! La soledad golpea las cortinas y ellas flamean como rindiéndose, como si fuese la última morada de un corazón jadeante, desesperación constante; constante como la llama que extiende sus alas en mi habitación a las 3:31 am.

Adiós setiembre. ¿Qué riña balbucea bajo mi garganta?, que es eso a lo que se llama nudo, nudo que aprieta mi rabia, que ruje su alma y brinca por encima de mis labios turbios,¿Acaso es mi pregunta?, ¿mi respuesta?, o quiero defecar bajo mi almohada mientras sueño.
Es cierto, que cobardía la mía, pero somos cobardes todos, no es delito, es justificación.

Los días viajan en carriles infinitos de tren, no vuelven es cierto, por eso voy tras ellas, como si se llevasen mi vida, y cada vez se alejan más, no perdonan y yo tampoco los perdono. es una pugna silenciosa donde el tiempo y yo lidiamos por las noches, noches como esta, es por mi pregunta, necesito respuesta que calle mi boca y me llene el alma de aguda bonanza.

Y adiós setiembre, empiezo a entristecer, está lejos el amanecer y tengo tan cerca al silencio; porque lo he atrapado para mí en primavera, porque nada ha florecido aun y aun la espero. Se está cerrando el candado, viejo candado, candado de memorias rebeldes y anarquistas. Adiós, setiembre, para los felices, los fuertes, débiles, ciegos, solos y atormentados. Adiós.

No importa, ya no importa o si…
 
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