13 de marzo de 2017

El hombre que sólo quería dormir

Me gusta dormir, a quién no le gusta dormir, dormir es el único antídoto que nos hace huir de la cotidianidad de nuestras vidas. No hay mejor terapia para cada mal que dormir bien, dormir es importante, por eso amamos dormir, por eso a veces hay personas que prefieren dormirse para siempre y nunca despiertan, sueño profundo eterno le dicen. Últimamente duermo mucho, en realidad como siempre y a veces no encuentro el sueño.

Pocas veces suelo dormir con alguien. Anoche me quedé viendo una película por cable y mientras demoraba el desenlace empecé a pestañear echado sobre el sofá, se cerraban los ojos y mis labios hacían bemba y mis hombros perdían la firmeza y a un segundo de dormirme oficialmente; el televisor empieza cambiarse de canales, rápidamente abro mis ojos y tenía el control remoto en la mano, creí que lo había aplastaba accidentalmente en los botones, así que puse la película y dejo el control en la mesa, vuelvo a la siesta rápidamente porque había un sueño terriblemente acosador que atender.

Llevo mi cuerpo al sofá y vuelvo a encontrar el dulce pestañeo y aun segundo de dormirme, sorpresivamente el televisor vuelve a cambiarse de canales, parecía que alguien jugaba en ella y subía y bajaba de canal, mientras el sueño me hacía cosquilleos en el cuerpo, quería dormirme ya, pero ya. Con este sentimiento podría dormirme hasta de pie o dejar caer mi cuerpo al piso y romperme la cabeza por accidente para solo dormir.

Me levanto a duras penas y casi inconsciente y a punta de malabares pongo la película y le quito las pilas al control remoto, no me respondo porque necesitaba dormir con el televisor prendido y con la película que aún no encontraba el desenlace, así que dejo el control sin pilas sobre la mesa y vuelvo al sofá como un gato que duerme de lo más lindo.

A un segundo de dormirme definitivamente, vuelve a cambiarse de canales, aún consiente veo el televisor y pasa de la película a un programa de cocina, seguidamente se cambia el canal y deja en un documental de History y yo sigo en la frontera de despierto y dormido, a un paso de dormirme, se cambia a un canal musical, un concierto de rock y este si me da una cachetada de interrupción y despierto, me levanto y por segundos quedo mirando el concierto, con una cólera en mis manos, total estoy solo no hay a quien quejarme.

Un poco molestado voy y apago el televisor manualmente, sospecho que así no me voy a dormir e intento disimular que estoy a punto de caer de sueño y vuelvo mi cuerpo al sofá, dejo caer mi cuerpo como un costal de papas y si, el sueño me vuelve a tomar en asalto, hasta mis ojos se cierran acaloradamente, total era más de la medianoche y a un paso de dormirme.

De pronto el televisor se enciende y pone un canal de futbol francés, apenas logro abrir los ojos y mando al carajo, confío en el sueño divino y quiero dormir a costa de todo, incluso me di cuenta que mi boca votaba un poco de saliva de tanta profundidad soñolienta. En eso se vuelve a cambiar de canal y pone Disney, apenas logro ver mientras sigo a un paso de dormirme, en eso se cambia a un canal de pornografía, era un trio, logré ver un poco pero no me importaba, solo quería dormir, entonces doy mi último suspiro y me duermo oficialmente, quedo como un oso satisfecho.

Unos segundos después me despierta y vi cómo se subía el volumen mientras el trío hacía más bulla al borde de una piscina. Muy enojado me levanto del sofá y voy, no importa el porno y apago el televisor, no, mejor, lo desenchufo y vuelvo a la zona de pernocte para retomar lo mío.

Me quedo en silencio un momento y de pronto me vuelve la emboscada del sueño, yo solo me dejo llevar, como quien dice, «amor mío hazme tuya, quiero dormirme en tus brazos, dale» no importa si es el sueño profundo o de la muerte. Solo quiero dormirme y mientras pienso en eso, todo se me desvanece y a unos segundos después quedo dormido, increíblemente siento como caigo en la profundidad totalmente emocionado.

Lastimosamente milésimas después, alguien toca la puerta y de golpe como puñal en el tobillo, despierto lleno de sorpresa, angustiado y molesto, solo necesitaba dormir y no sé a qué humano se le ocurre tocar la puerta, me pongo de pie y voy abrir e increíblemente no había nadie, todo estaba normal, silencio, un foco prendido afuera, no parecía haber alguien recientemente, los vecinos del costado tienen un perro que ladra cada que alguien pasa por aquí pero esta vez ni un chillido, me rasco la cabeza incrédulo y vuelvo rápido al sofá a dormirme, eso es lo que quiero.

A estas alturas, no había sorpresa alguna, dudaba que me vuelva a dormir, ya había perdido muchas oportunidades de morirme a este regalo del destino. Justo este día el señor de la muerte me estaba buscando y por eso me quería dormido, seguramente para llevarme dormido y así por fin descansar en paz, pero parecía estar todo a mi contra, la película no encontraba desenlace, el televisor se pone una porno y para mi desgracia alguien toca la puerta que no es nadie, definitivamente no querían que muera, así que me chupa un huevo y vuelvo a mi sofá, vuelvo a mi posición del principio y soñoliento vuelvo a buscar el sueño.

Ya tirado en el sofá cerca de un minuto, el sueño vuelve. Esta vez siento algo en el pecho, como si alguien estuviese presionando o listo para aplicarme un resucitador. A estas alturas pensé que todo era un sueño y estaba en alguna cama de quirófano de algún hospital. Pero no, estaba en mi casa, solo quería dormirme o morirme. La presión me consume y vuelvo a acercarme al límite y a punto de cerrar mis ojos muy lentamente, milésimas de segundos después, alguien apaga la luz y de hecho doy gracias porque estaba encendida, logra distraerme y un segundo después se vuelve encender. «La concha de dios» pienso y esta vez me levando del sofá colérico e intento calmarme, me acerco al interruptor y apago la luz.

Claro que vuelvo al sofá nuevamente, esta vez no tengo sueño, solo voy a esperar qué sucede y me quedo pensando, filosofando un poco. Unos segundos después, la luz vuelve a encenderse de manera intempestiva, entonces tomo una silla, me subo a ella y desenrosco el foco, lo quito y lo dejo en la mesa. A decir verdad, no me interesaba nada en absoluto, solo me había convertido en un hombre con ansias de dormir como persona normal, como es cotidiano, apagar todo y conseguir el sueño.

Hasta ahí ya había perdido toda esperanza de conseguir el anhelo, era casi imposible volver a pestañear de manera dulce y regocijante, voy a todos lados y apago las luces, me dirijo al dormitorio, me cambio a pijamas, tomo un vaso con agua y me tiro en la cama, a dormir. Increíblemente mi cuerpo empieza a recibir el presentimiento y la misma sensación del sofá, entonces siento una excitación en mi rostro y sonrío un poco y vuelvo a dejarme llevar «que me haga el amor el sueño, que me coja, que me coja bien cogida, cógeme sueño amado» digo entre mí, mientras caigo muerto.

Todo estaba silencio, vi cómo me dormía y unos segundos después; pasa a toda velocidad una unidad de bomberos por afuera de la casa, con sirenas y lucen que traslucían por la ventana, entonces, tras haber ya quedado dormido, volví a estar al lado de no estar dormido, me quedé pestañeando, insulté a los bomberos y volví a dormirme. Unos segundos después, «por la concha de la lora», suena el teléfono celular, nunca antes odié el ringtone que tanto amaba, desperté de golpe y me habían llegado cinco correos simultáneamente, me siento en la cama muy enojado y apago el teléfono.

No había nada que hacer a esta hora, así que no importaba si había o no el sueño del sofá, solo me eché queriendo dormir naturalmente, sin efectos ni cogidas de sueño que se aparecen de la nada. Unos segundos después, el sueño me vuelve a tomar de la mano, yo un poco indiferente, sospechaba que quería burlarse nuevamente de mis sentimientos, así que en silencio me dejo llevar y la maldición vuelve, escucho como alguien tumba una silla en la sala, la arrastra haciéndola rugir sobre el piso, está vez me duele el pecho, mi corazón no aguanta tanto desamor del destino, me levanto de la cama con rabia entre mis nachas y me dirijo hacia la sala, con una escoba en mano, con la idea de romperle orto a quien esté ahí y sino partirle la madre a toda costa, aunque sea mi padre o mi madre, ya estuvo bueno. Llego a la sala y no había nadie, la silla evidentemente había caído y arrastrado más allá.

A estas alturas de mi vida, ya no me importaba dormir o no, me valía una mierda, así que igual me fui a la cama a esperar otra señal más, queriendo saber que más seguía. Me tiro sobre la sabana y me quedo pensando en qué hora es. Unos segundos después, el sueño me vuelve a coquetear, esta vez yo ya no quería, si quería cogerme, tenía que convencerme, estaba indispuesto y aun así vuelvo a pestañear obsesivamente, el sueño se apodera de mi cuerpo, pero segundos después alguien abre la puerta, yo escucho abrirse la chapa y empuja. El sueño era profundo y no me importa quién sea y continúo dejándome llevar.

Segundos después con alguien dentro de mi casa, quedo dormido. En eso oigo romperse un plato de porcelana en la cocina, aun así, lo ignoro y continuo con el pernocte incisivo, acosador, rotundo, acogedor, terriblemente dulce. Unos segundos después, a punto de dormirme completamente, alguien enciende todas las luces de la casa, todas las que había apagado y una vez más vuelve a interrumpirme. Me levanto de la cama más resignado que antes, enojado, ahora si más enpinchado, excitado, intolerante, asesino y salgo apurado de la habitación, esta vez para buscarlo en toda la casa.

Con el éxtasis y la adrenalina o la cólera, tomo la escoba y voy a buscarlo, debajo de la cama, muevo el ropero, tumbo el armario, rebusco entre los libros, voy a las otras habitaciones, volteo las camas, rompo todo a mi paso, tiro el tacho de basura, debajo de la lavandería, entre los platos, debajo de la mesa, atrás de los demás muebles, abro las ventanas a ver si logró escaparse y casi 20 minutos después, no encuentro absolutamente nada, no hay nadie, lo único que logré es agotarme.

Tras la búsqueda implacable, parecía haber hecho ejercicios, así que voy a darme una ducha y así quitarme el sudor frio y caliente. Creí que ya lo había espantado, yo era el ganador, pero mientras caía el agua y me echaba el jabón; se acaba el agua, deja de caer el agua y mi primera reacción es expulsar una carcajada, lleno de jabón, muevo la manecilla y no hay agua. «¿Sabes?, ahora yo te voy a coger… ahora te cambiaré de canal la concha de tu hija» le digo en voz alta, conmocionado, vivo o muerto, persona o fantasma, alguien me estaba hinchando las pelotas. «Espérame un momento, vamos a ver quién manda aquí» agrego desafiándole y abro el contenedor de agua del inodoro y me quito todo el jabón, con el agua del inodoro, me seco con la toalla y voy al encuentro. Sea quien sea.

De hecho, busco al cabrón y al final no lo encuentro, minutos después; por ironía el agua empieza a caer en la ducha, dejé abierta la manecilla. Voy a apagarlo y sin saber que hacer; solo voy a encender el televisor en la sala, me siento en el sofá y también tomo el control remoto, ya no quería dormir, quería ver porno, la película que buscaba su desenlace ya había terminado, así que antes voy a la helera por una cerveza y al ir a la cocina, la helera estaba abierta, veo y agarro una botella y estaba vacía, tomo la otra y también estaba vacía, todas vacías, el hijo de su puta madre se había tomado mis cervezas, ya no hice nada, solo me entró la ira y lo dejé pasar, había dejado una manzana, así que tome la manzana y me fui a ver la porno.

Mientras veía la película que ni entendía, solo hacían sexo y ni estaba concentrado, solo esperaba que me vuelva a hacer la siguiente broma, terminé de comer la manzana y segundos después, el sueño me volvió a sorprender, me encontraba cansado, así que ni me di cuenta como me consumía, solo me dejé llevar en el sofá, segundos después, se vuelve a cambiar de canal a Cartoon Network, dibujos animados, no sonaba nada mal, total ya no tenía fuerzas para reaccionar, segundos después, se apaga el televisor, se apagaron todas las luces, vuelve a sonar la silla pero más despacio y doy mi último suspiro y caigo muerto.

Finalmente, no volví a despertar, no hasta el mediodía, el sol empezaba a caer y el calor de tanto sofocar hizo que abriera los ojos. Increíblemente desperté en mi cama y no en el sofá, segundos después me levanto a revisar todo y todo estaba tal cual como dejé anoche, desordenado, la silla, el televisor seguía encendido, los restos de la manzana y mis cervezas todas vacias, no restaba nada. Todo había pasado realmente.
 
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