22 de agosto de 2015

La chica maldita

Hace una semanas me di cuenta que mi exnovio va ser papá y me enteré por Facebook, había una foto de él con su novia apoyados a una baranda frente a una playa, sonriendo ambos y la foto estaba en la cuenta de ella, ósea ni la conozco, nunca la he visto y ni hablo con ninguno de los dos y Facebook me muestra la foto porque una amiga mía que me etiquetó, no sé si por ser sarcástica o tenía todas las ganas de humillarme frente a todos. Si sería la primera vez se me pasaría con el tiempo. El punto es que he tenido mucho novios, enamorados, parejas, maridos o como se defina y mágicamente todos se están convirtiendo en papás, o sea, el de la maldición soy yo, la salada, la maligna, la santería, la pócima radical que lo cambia todo, la frontera entre el no ser y ser papá.

No es que convertirse en padres de familia sea malo, pero porqué precisamente antes de ser papá se tienen que meter conmigo. Qué tengo en mi cuerpo, qué hay entre mis piernas no entiendo. Me llaman al teléfono para darme la noticia: “¿No sabes? tu exnovio va ser papá y créeme su novia no es nada bonita” y hasta ya estoy acostumbrada a recibir el mismo chisme siempre y lo único que me tranquiliza es que su novia no es nada bonita.

El colmo de todo es que la mayoría de ellos han vuelto a llamarme para salir como diciendo: “Oye nena ya tengo hijo, soy todo un papá, quiero ser ganador, un Hugh Hefner, mírame y seamos amantes” pero no pues cojudo, no, no, cómo voy a salir con un tipo que es papá y tiene que trabajar para los pañales o mantener a sus hijos, me estaría convirtiendo en la protagonista de esos cortometrajes feos y sobreactuados sobre la infidelidad, similares a los que hacen en las universidades cuando estudian comunicación. No quiero pues, al menos esos cortos me enseñan a no ser amante de nadie, es más, no sé si amante es la palabra. Amante es como que dos personas amándose el uno al otro y proviene del verbo amar. Amar no es tirar con otra, con otro y dejar a tu bebé llorando en casa mientras la cabeza de tu mujer está explotando de tanto no dormir y tener que soportar a una bola de carne que hace bulla en tus brazos.

Sin embargo hay algo en mí, muy al fondo de mí que me hace sentir culpable, quizá esté mal y necesite un psicólogo porque pienso que es mi culpa, ¿Soy la maldita no? A quién le gusta ser la maldita. Quien este conmigo y luego me termine; dos o tres meses después va ser papá. Si así diría el contrato seguro nadie seria pretendiente, me quedaría sola sin nadie. Con el tiempo esto se convierte en un trauma que tengo que conciliar y creer que no es así, que soy una chica normal como todos y el juego del orden cósmico del destino ha coincidido conmigo, es más, debería sentirme orgullosa y predecir a mi nuevo novio diciéndole: “No termines conmigo huevón vas a ser papá por mi culpa”.

Acepto que la primera vez, es decir, cuando tuve mi primer enamorado a los diecisiete me hizo sentir orgullosa, festejé con mis amigas que mi ex de dieciocho se haya convertido en papá, porque el pelotudo me engañaba con ella a la que embarazó. Era como una venganza, una victoria, una hazaña que queda marcada para toda su pestilente vida y me reía a carcajadas como una bruja preparando la pócima mortal, muy satírica. Pero: ¿Cómo algo que lo ves como un juego de niña adolescente un día te empieza a preocupar?

Porque han pasado los años, se sigue dando y es lo que me pasa, podría disfrutar una venganza por un rato pero ya no quiero, creo que ya estuvo bueno y esto me está haciendo llorar. ¿Ya basta no? A veces también siento que me entra la envidia, veo la panzota de su novia y pienso que pude ser yo el de la panzota posando para la foto apoyada a una baranda con mi novio frente a una playa y me entra la angustia, la preocupación, el agobio y pienso que nunca tendré hijos, nunca tendré un novio para casarme y siempre va ser así. Estoy destinada a convertir a todos los varones en padres. Finalmente me estoy acostumbrando, ¿Qué más podría hacer no? aparte de recibir noticias paternales cada temporada.

No se lo digo a nadie porque ya lo saben, es como cuando a alguien se le muere el esposo y es viuda para siempre, siempre le van a dar el pésame, siempre le van a mirar diciéndola “mira pobrecita se ha quedado sola” y cuando tira con otro se convierte en zorra, ¡hay sí! todos le echan tierra, todos hablan pestes y ocurre conmigo cuando me dicen, “mírenla pobrecita su ex es papá, igual que su ex antes de ese ex y así sucesivamente”. Que mente tan inútil e irracional, a veces me entra la cólera y quiero hacerles tragar la basura que sale de sus bocas, devolverles el vómito.

Un día voy a tomar el vuelo un lunes por la mañana y voy a convertirlos en papás a todos sus hombres, uno por uno y también a todo aquel que se me cruce para que vean con quien se están metiendo y voy reírme como la bruja, no me importa si me dura para siempre la maldición, aunque algún momento tendré que recaer y pensar diciendo que lastima, pude ser yo.
 
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