Ella se acerca—yo estoy observándolo todo desde más allá—el chofer muy
mañoso, vivaz, vacan le intenta sobornar, quiere hacerle una propina a la mujer
policía, que creen, ¿ella recibe la coima?, ella se siente burlada, lo noto en
sus ojos, ella quiere vomitar en ese momento, si pudiera dispararle le dispara,
porque ella se siente prostituta que es fácil de comprar y si le dice a viva
voz, delante de sus inocentes pasajeros: ¿Crees que soy puta para poderme
comprar?, el tipo sudoroso, camisa manchada se ha vuelto trigueño y rojizo, de
hecho es la vergüenza más grande, los transeúntes—yo también—se alarman y se
detienen para ver qué pasa, porque la curiosidad es contagiosa. Ella toma su
radio y llama patrulleros, él no se queda atrás, no podría hacerlo, no tienes
los documentos necesarios y trata de calmarla y busca manera para que pueda
entenderlo, todavía cree que puede sobornarla o poco más le dice: Señorita
discúlpeme, trabajo, tengo tres hijos y necesito solventar gastos, pero, pero a
mí no me consta, ni a mí, ni a la mujer policía.
Estaba vacan, vivas y popular,
poco vulgar y ahora se quiere arrodillar. Llega los patrulleros y la gente está
amontonada, algunos transeúntes recién llegan hacia la muchedumbre y preguntan
qué pasó que pasó—típico—, y otros les responden, no sé, creo que hubo un
atropello y así se esparce el teléfono malogrado, pero eso a mí no me interesa,
lo que me interesa es: ahora que pasara, pues ya saben el final, llega el
patrullero, baja otro policía con uniforme y gafas negras, hace bajar a los
pasajeros del carro reprensible y le dice al conductor: sígueme hasta la comisaria;
Pero señor no hice nada malo, se defiende el chofer angustiado, nervioso, por
Dios el ya no sabe qué hacer, sabe lo que le espera y el policía le dice eso
explícalo y demuéstrelo a mi mayor.
Si estuviéramos en Norteamérica, la
muchedumbre debió aplaudir la valentía de la mujer policía que se hizo
respetar, pero estamos en Perú causita y empiezan a rajar todo el mundo, hay
que mala esa policía, está bien carajo, seguro es un ratero, hay mujeres
mujeres carajo-yo tambien estoy diciendo eso entre mí- y otros rumoreos
extremos, exagerados: Hubo accidente pero creo que ya no hay nada, ya se
llevaron al cadáver, quedo herido, Hay Dios, Hay Dios mejor vamos a tomar una
gaseosa este calor me está abrigando mucho y estamos en verano.