Como
se funde con el suspiro y como se cortan sus almas
Que
aliento, calores, su fragancia simple y delicada en los henos
Que
tiesos su aromas y sus ilusiones que se fragmentan y emanan
Qué
triste esta tarde y que oscuro es su viento al borde de las olas
Olas
que se acometen contra la corriente terca y veleidosa
Aquel
tieso poema aullante que tiembla en un viento desconocido
Que
no es la tuya; quizás de otros suspiros callantes alegados
Quizás
de esas jarchas tronantes a las cuatro de mañana
Aquellas
de esas que dan sus brillantes miradas a mí tiempo desesperado
Como
que la siesta dormida silencia sus agotes despiertos sintientes
Acaso,
¿las palabras duermen? Dime si callan cantando y cantan gritando
La
sed despierta desolada alcantarillado sobre tus ojos tronantes
Trínatenos
lloran tu indolencia descaminada ¿para qué?
Para
que deplores tu candidez dura y vengativa inmersa truhan y soñolienta
¿Cuántas
veces oscilaste el calor de rencor radicado? dime cuanto
Y
sabrás del cantico enraizado y plantado antes del espejismo diseñado
Para
que el alumbro quebrado gorjeado, dime para que el juego diseñado
Acaso
¿Me has amado? Confiésame con la mente desnudada y llórame tarada
Tarada
del pasto enraizado, cubierta de dócil boceto acariciado y acumulado
Perdona
si te he dañado, pero como es que el tiempo carece de amor y…
Como
carece el amor de la presencia entresacada sobre tus hombros dramatizadas
Sueña
si tuerzo tus miradas y cantan tus complós amargados de rencor
Pero
a pesar del tiempo y de rencor; no olvides muchacha candilada.
Que Noviembre tan raro, saludos